Photo Credit: Tomas Bravo/Reuters

La Venezuela del «chavismo a la Maduro»

El gobierno de Maduro puede ser visto como un alejamiento de lo que fue el gobierno y el proyecto de Hugo Chávez. Hay mucha gente que apoyaba a Chávez y al chavismo de Chávez y que hoy está descontenta y algunos se han convertido en virulentos opositores del chavismo a la maduro. Es decir, la manera en que Maduro le ha dado continuidad a ese proyecto, que algunos lo consideran como una desnaturalización, una traición, justamente con lo que verían como una deriva autoritaria.

– Victor Armony,  profesor de Sociología en la Universidad de Quebec

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Los venezolanos eligen este domingo a los miembros de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), una iniciativa que hasta el momento solo logra dividir más a ese país. Para el gobierno la ANC es necesaria para fomentar el diálogo y alcanzar un pacto social por la paz; para la oposición es una forma de autogolpe de Estado y la confirmación de la «deriva autoritaria» del presidente.

Le preguntamos a Victor Armony,  profesor de Sociología en la Universidad de Quebec en Montreal,  ¿Por qué esta elección desata tanta violencia en Venezuela y discusiones en el mundo entero?.

“Hay que tomar en cuenta que la oposición al gobierno de Maduro controla desde hace algún tiempo el Congreso, es decir el poder legislativo. En ese sentido hay, en términos de confrontación o podríamos decir para una democracia de equilibrio de poderes, una tensión entre el control que ejerce el gobierno de matriz chavista, el de Maduro, y una oposición muy virulenta también que desde hace tiempo lleva un mensaje muy claramente antagónico. Y en ese sentido para el gobierno, que quiere consolidar su poder y que se encuentra en una situación de crisis económica e institucional gravísima, una Asamblea Constituyente que le sería favorable en principio, dada las condiciones y cómo se la pensó, le daría un control suplementario y neutralizaría el poder de la oposición. En ese sentido hay una estrategia política y de control muy clara”.

El gobierno, señala Armony, está tratando de recuperar su capacidad de acción sobre una sociedad, capacidad que está ahora muy debilitada.

¿Pierde fuerza el chavismo?

«Sin duda. Se puede decir que hay dos maneras de ver este debilitamiento, esta pérdida de poder. Por un lado, efectivamente, una sociedad muy fuertemente movilizada, en algunos casos con elementos de violencia en ambos campos, que resultan de una tensión fuertísima. En este sentido el gobierno ha perdido la capacidad de iniciativa o de imponer un relato, una narrativa, una manera de ver las cosas. Ideológicamente se halla también arrinconado. Pero también podríamos tomar tu pregunta de otra manera. Es decir, debilitamiento del chavismo porque el gobierno mismo de Maduro puede ser visto como, en algunos sentidos, un alejamiento de lo que fue el gobierno y el proyecto de Hugo Chávez. Hay mucha gente que apoyaba a Chávez y al chavismo de Chávez y que no está contenta para nada y algunos se han convertido en virulentos opositores del chavismo a la maduro. Es decir, la manera en que Maduro le ha dado continuidad a un proyecto, que algunos lo consideran como una desnaturalización, y,  algunos dirán,  una traición a ese proyecto justamente con lo que verían como una deriva autoritaria. Mientras que el proyecto chavista original era de una profundización de la democracia en un sentido socialista o en todo caso  con una visión distinta de lo que ellos llaman muchas veces la democracia liberal, formal, solo de votar».

Ese alejamiento de Maduro ante lo que fue el chavismo, ¿es ideológico?

«Es difícil decirlo. Uno podría encontrar paralelos de lo que hacía Chávez y de lo que hace Maduro. Creo que más allá de lo que se dio inmediatamente cuando fallece Hugo Chávez y toma el poder Nicolás Maduro, uno veía que el carisma, la capacidad de convocatoria, la retórica, no estaba. Teníamos un líder  que llevaba adelante un proyecto revolucionario de transformación profunda pero sin esa capacidad de inspirar a las masas, de transmitir ese mensaje. Por ese lado hay una ruptura».

Tal vez podemos aceptar que el proyecto en su contenido sigue siendo el mismo.

Lo que claramente ha  llegado a lo que creo, es un  extremo lamentable, es justamente que en una búsqueda de mantenimiento del poder se han puesto en marcha mecanismo que son francamente antidemocráticos.

No vamos a caer en la retórica, y esto es lo que estoy tratando de hacer en este análisis, en donde enseguida caen las palabras  autoritario, dictadura, o desde el lado del gobierno, donde se acusa a los que se movilizan de ser agentes de Estados Unidos, contrarrevolucionarios. Si nos mantenemos afuera de la retórica, sí hay elementos antidemocráticos y de concentración del poder.

Yo creo que, como observador externo, yo y otros lo podemos decir, esa democracia no está funcionando. La pregunta justamente es: una Asamblea Constituyente ¿agrega democracia a un régimen que se está asfixiando, al que le falta oxígeno a ese nivel de democratización? O va a consolidar, llevar adelante justamente el fin de lo que hay aun de vida democrática, sin que esto se transforme finalmente en política por medios violentos de ambos lados.

Pero obviamente tampoco vamos a descartar que siempre el Estado, cuando hay una confrontación violenta entre ciudadanía y estado, el estado lleva una responsabilidad mayor. Porque controla la policía y a la armada, etc. Y en ese sentido hay excesos evidentes de parte del gobierno de Maduro  en la represión más allá de que uno pueda hablar de provocación o de acciones que buscan justamente generar esa violencia de la parte de algunos sectores de la oposición.

La oposición

Armony evalúa a la mayoría de la población como genuinamente movilizada por un espíritu democrático, con el que uno puede estar de acuerdo o no.

“No nos olvidemos que cuando decimos oposición, decimos en singular algo que es extraordinariamente complejo, con sectores muy democráticos, sectores de izquierda, sectores de derecha, sectores con intereses propios, sectores con intereses muchos más colectivos que buscan realmente el bien común del país. ¿Hablar con la oposición es hablar con quién? Ese también es un tema complicado que el gobierno tendrá que dilucidar”.

El camino del diálogo lo tienen que encontrar los venezolanos

Armony no cree que la solución sean las sanciones económicas como lo está haciendo el gobierno de Estados Unidos. Pero primero y principal, dice, esto lo tienen que resolver los venezolanos.

“Puede haber colaboración o acompañamiento de afuera pero no es castigando ni al gobierno ni a la población en general que se va a lograr una solución pacífica y democrática. Si la necesidad es el diálogo, lamentablemente la persistencia del gobierno en mantener el calendario referendario hace que las condiciones para el diálogo no parecen estar presentes”.

Esto y más en la entrevista de Víctor Armony con Radio Canadá Internacional.

El sociólogo, investigador, analista y profesor universitario Victor Armony. © www.rcinet.ca

Victor Armony,  sociólogo, profesor en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Quebec en Montreal, UQÀM, y Co director del Laboratorio Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos de la UQÀM, LIELA.

Categorías: Internacional, Política
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