Vivienda, transporte y la crisis del consumo de opioides fueron los tópicos principales en la agenda de conversación que el martes sostuvieron el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el alcalde de Vancouver, Gregor Robertson.
La expansión del oleoducto Trans Mountain, realizado por la firma Kinder Morgan, que ha generado controversia entre quienes están a favor y en contra, no formó parte del diálogo.
Al hablar tras la reunión, el jefe municipal no se mostró molesto por el hecho de que el tema no haya sido abordado, aun cuando con anterioridad describió la aprobación de las obras del oleoducto como “un paso atrás enorme” para la economía y el medioambiente canadiense.
Consultado por los periodistas, Robertson confirmó que no se habló sobre el asunto, al tiempo que no se mostró interesado en referirse al mismo, ya que “el gobierno de Columbia Británica se encuentra trabajando” al respecto.
El nuevo gobierno provincial, al mando del neodemócrata John Horgan, se comprometió a utilizar todas las herramientas a su alcance para bloquear la ampliación del conducto, cuya inversión fue estimada en 7.400 millones de dólares.
Robertson se mostró contrariado con la decisión de Ottawa, meses atrás, de apoyar la obra, aunque dijo que con el cambio de administración provincial y el nuevo enfoque que ha dado al tema, la ciudad puede volver a ocuparse de los asuntos que más le interesan.
Al mismo tiempo, las Primeras Naciones de Columbia Británica se oponen a la extensión de Trans Mountain, por lo que llevaron el tema ante la justicia.
Trudeau se negó a comentar las posiciones encontradas entre su administración y los niveles provincial y municipal sobre el oleoducto y dijo que su gobierno busca colaborar con ellos en temas que interesan a los canadienses.
Al respecto, resaltó la decisión de Ottawa de destinar millones de dólares para apoyar iniciativas en el área de la vivienda.
El alcalde Robertson se pronunció en el mismo sentido, al resaltar que el tema del oleoducto no impedirá la colaboración en cuestiones en las que ambos líderes tienen posiciones más cercanas.
“Tenemos una larga historia y amistad”, dijo Robertson sobre su relación con Trudeau.
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