La historia inmediata en Quebec ofrece un cuadro deprimente sobre las relaciones entre la comunidad musulmana y la cultura quebequense dominante.
Una serie de eventos trágicos y tristes como la matanza de seis musulmanes en la mezquita de la ciudad de Quebec a principios de año, o el rechazo mediante referéndum a una petición para tener un cementerio musulmán en Saint-Apollinaire este verano reflejan un clima de desconfianza y desconocimiento de la cultura árabe y musulmana.
La inmigración árabe y la de origen latinoamericano en Quebec y Canadá tienen, sin embargo, relaciones que se remontan a siglos en la historia, alcanzando su punto más elevado en lo que fue el Al-Andalus.

Al Andalus designa los territorios en la península ibérica conquistados a partir del desembarco el 27 de abril de 711, de Táriq Ibn Ziyad a la cabeza de un ejército de 9.000 hombres.
Esa presencia en la Península ibérica duraría hasta 1492, cuando la última gran ciudad en manos musulmanas, Granada, cae bajo los estandartes y las espadas cristianas de los Reyes Católicos. Entonces empieza un trágico periodo de conversión, persecución y expulsión de judíos y cristianos en nombre de la Biblia.
Con el imán Hassan Guillet, portavoz de la comunidad musulmana en Quebec, exploramos algunos rasgos de la herencia de este período.
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