Después de meses de cierta retórica y trabajo diplomático, las conversaciones para reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte comenzarán formalmente esta semana con Canadá presionando por normas laborales y ambientales más estrictas en el acuerdo.
La máxima diplomática de Canadá, la ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, viajará a Washington el martes donde se llevará a cabo la primera ronda de negociaciones formales.
Freeland se sentará primero con sus homólogos de Estados Unidos y México, antes de que los funcionarios empiecen a negociar en lo que se considera un intento de modernizar el pacto comercial existente desde hace 25 años.

Cada lado comenzará a exponer lo que quiere ver en la reescritura; en el caso de Canadá, incluirá disposiciones ambientales y laborales más estrictas y un mecanismo formal para resolver disputas comerciales espinosas.
Algunos grupos de interés esperan un proceso rápido para mantener a los inversores tranquilos, pero otros expertos en comercio internacional advierten que los negocios deben prepararse para una serie de discusiones.
Jeffrey Schott, analista de política comercial y miembro principal del Peterson Institute for International Economics, con sede en Washington, dijo que si bien el objetivo es lograr rondas rápidas, la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha establecido objetivos que podrían conducir a un callejón sin salida.
Estos incluyen cambios propuestos a la contratación pública, reglas de origen y un objetivo de eliminar el déficit comercial de los Estados Unidos.

Resistencia a las propuestas de EE.UU
«Esas son las áreas donde ellos intentarán debilitar la competitividad de los productores y trabajadores de Norteamérica y habrá resistencia de Canadá y México hacia las propuestas estadounidenses», dijo.
Schott cree que las negociaciones se extenderán hasta el próximo año, y que luego se verán limitadas por las elecciones presidenciales mexicanas del próximo año, seguidas por las elecciones legislativas de mitad de período en Estados Unidos. Predijo que las conversaciones continuarán en 2019, cuando habrá otras elecciones, incluyendo elecciones federales en Canadá.
« Veo una baja probabilidad de un acuerdo sobre un TLCAN modernizado en el corto plazo», le dijo a CBC News en una entrevista. «Creo que los negociadores irán rápidamente por lo útil y rechazarán los esfuerzos de las revisiones que sean contraproducentes. Encontrar que las políticas de los tres países se alineen en la misma dirección va a ser difícil y es poco probable que se den durante los próximos 18 meses».
Un potencial punto de quiebre, el mecanismo para resolver disputas
Schott espera avances rápidos y constructivos en áreas como el comercio digital, pero dijo que los cambios en las disposiciones laborales podrían generar mucha fricción. Aunque los Estados Unidos tienen problemas muchos mayores con México, el objetivo de Trump de destruir el Capítulo 19 del TLCAN, que incluye disposiciones para un mecanismo de resolución de disputas, podría ser un punto de choque con Canadá.
En declaraciones a los periodistas en Edmonton el viernes, Freeland calificó que una resolución de solución de controversias es «esencial» para cualquier acuerdo comercial.
«Del mismo modo que buenas vallas hacen buenos vecinos, un buen mecanismo de disputa hace buenos socios comerciales», dijo. «Canadá entiende la importancia de una solución de controversias independiente, objetiva y transparente dentro del TLCAN, y es algo de lo que hablaremos con nuestros socios».
Dennis Darby, presidente y director ejecutivo de Fabricantes y Exportadores Canadienses, calificó el mecanismo de disputas como un potencial «interruptor del acuerdo».

«En particular para los fabricantes, es claro que el Capítulo 19, el mecanismo de solución de diferencias que decide los derechos y los errores de los desacuerdos comerciales, no puede ser eliminado como los Estados Unidos pidieron», dijo.
Si bien el marco del TLCAN ha sido un éxito económico, Darby dijo que los avances tecnológicos han reformado la manera en que los norteamericanos trabajan, viajan y se comunican.
Innovación, crecimiento económico
«Un NAFTA rediseñado ofrece una plataforma para potenciar la innovación como la fuerza impulsora de la manufactura y el crecimiento económico», dijo. «También es una oportunidad para identificar y eliminar algunos de los desafíos que los fabricantes están enfrentando actualmente en el mercado norteamericano, como barreras no arancelarias, políticas proteccionistas y también estimular la creación de empleo a través del flujo de mano de obra calificada».
En el período previo a las renegociaciones del TLCAN, el gobierno liberal llevó a cabo un gran acercamiento con funcionarios estadounidenses para enviar un mensaje sobre la importancia mutua del TLCAN para el empleo y la prosperidad en ambos lados de la frontera.
Desde la toma de posesión de Trump el 20 de enero, el primer ministro Justin Trudeau, ministros del gabinete, secretarios parlamentarios, ministros provinciales y territoriales, comisiones parlamentarias y otros parlamentarios han realizado más de 175 visitas a Estados Unidos o se han comprometido con altos funcionarios en Canadá según datos proporcionados por Global Affairs Canada.
John Ries, profesor de economía comercial de la Universidad de Columbia Británica, dijo que es difícil medir si el fuerte impulso diplomático se traducirá en ganancias para Canadá.
«Hablar es bueno, pero en última instancia, es dólares, centavos e intereses creados», dijo.

Ries espera que un acuerdo incluya posibles ajustes en las exenciones arancelarias para compras en línea y una cierta liberalización de las aves de corral y productos lácteos manejados por la oferta que permitirían más importaciones estadounidenses a Canadá.
Beneficio para los consumidores canadienses
Mientras que el gobierno federal necesitaría elaborar un plan para ayudar a esos sectores agrícolas a la transición, dijo que no sería necesariamente malo para los consumidores canadienses.
El peor de los escenarios, donde Canadá termine proporcionando más acceso (a los consumidores canadienses) a las industrias lecheras y avícolas estadounidenses y al comercio electrónico para las compras en línea, no es tan malo para Canadá en su conjunto», dijo.
Antes del inicio oficial en Washington, Freeland pronunciará un discurso en la Universidad de Ottawa hoy lunes por la mañana, donde describirá en líneas generales los objetivos de Canadá para un TLCAN renovado.
Luego se trasladará al Parlamento, donde contestará las preguntas del comité de asuntos exteriores y desarrollo internacional el lunes por la mañana.
Randy Hoback, crítico de relaciones entre Canadá y Estados Unidos para el partido Conservador, criticó al gobierno liberal por no concluir un acuerdo sobre la madera blanda antes de las negociaciones del TLCAN.
Hizo hincapié en la necesidad de centrarse en la creación de empleo en las conversaciones del TLCAN e instó a Freeland a exponer la posición de negociación de Canadá.
«Los conservadores se preocupan profundamente por proteger los empleos bien pagados creados por los acuerdos de libre comercio», dijo en un comunicado.
«Esperamos que la Ministra Freeland aproveche la oportunidad el lunes durante su comparecencia ante el comité de comercio internacional para tranquilizar a canadienses y empresas canadienses proporcionando un resumen detallado de los objetivos de negociación de Canadá y los resultados esperados de las negociaciones del TLCAN».
RCI/Kathleen Harris -CBC
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