Un imagen del cerebro humano

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La dopamina: el químico del aprendizaje del placer y el dolor

La dopamina es un neurotransmisor, o mensajero químico del sistema nervioso central, que es el cerebro, y activa cinco tipos de receptores celulares de dopamina, del D1 al D5.

La dopamina es producida en diferentes partes del sistema nervioso, pero sobre todo es producida en la sustancia negra, que es una región del cerebro, ubicada en la zona del mesencéfalo.

Es este neurotransmisor que determina la manera en que el cerebro reacciona ante estímulos y situaciones como el dolor o el placer.

Entre las funciones más conocidas de la dopamina se encuentran el aumento de la frecuencia y presión cardíaca, la regulación del sueño, la atención y la actividad motora.

En el lóbulo frontal regula funciones como la atención, la memoria o la resolución de problemas. Es también vital en la regulación del humor.

La dopamina es considerada como el centro del placer, ya que regula la motivación y el deseo. También determina la repetición de conductas placenteras o beneficiosas.

El placer de los alimentos
El placer de los alimentos © iStock

Este neurotransmisor es liberado como consecuencia de estímulos agradable así como de los desagradables, lo cual acaba modulando la conducta, haciendo que la persona se acerque o se aleje a las fuentes de esos estímulos.

Investigadores en Alemania descubrieron que en aquellas personas consideradas como tranquilas y llenas de confianza en sí mismas, las concentraciones de dopamina basal detectadas en la amígdala eran bajas, mientras que en personas miedosas y con tendencia al estrés las concentraciones eran elevadas.

Por otro lado la imprudencia que suele caracterizar a algunos adolescentes puede deberse a un aumento de la cantidad de dopamina, haciendo que prácticamente se sientan invencibles e inmortales en situaciones en las que sobreestiman sus capacidades.

Otro rol importante de la dopamina es la regulación del aprendizaje mediante el condicionamiento. Las neuronas dopaminérgicas responden cuando se les presenta una recompensa inesperada.

Cuando la recompensa esperada se omite las neuronas se deprimen. Este sistema es clave en nuestro aprendizaje.

Otros estudios han vinculado la falta de dopamina con el aumento de peso. De acuerdo a los principios del condicionamiento, aquellas personas con menor concentración de dopamina sentirían la necesidad de comer más para obtener la misma sensación de placer.

Los niveles bajos de dopamina también han sido asociados a problemas de socialización, a la apatía, o la anhedonia, que es la incapacidad de experimentar placer, y la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades.

En dirección opuesta, los niveles elevados de dopamina están vinculados a una hiperactividad, una híper-sexualidad y la híper-socialización.

Los trastornos más frecuentemente asociados a la dopamina son la esquizofrenia y la enfermedad de Parkinson.

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Categorías: Salud
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