La gran metrópolis canadiense, Toronto, está sufriendo una transformación mayor. Mientras que en el resto de Canadá el tipo de vivienda más común es la vivienda unifamiliar, que representa el 53,6 % de las viviendas en el país según el último censo canadiense de 2016, en Toronto la situación es todo lo contrario.
Por donde quiera que uno camine, y sobre todo en el centro de la ciudad, las viviendas unifamiliares las viviendas adosadas, los edificios de dos o tres apartamentos van desapareciendo paulatinamente para dar campo a las excavadoras y las torres de construcción que se aprestan a construir otro nuevo rascacielos o torre de apartamentos en condominio.

Toronto, en cuya área metropolitana viven unos 6 millones de habitantes, es la ciudad canadiense donde se encuentra la mayor concentración de viviendas en edificios de apartamentos de gran altura. Una de cada tres torres de condominios en Canadá se encuentra en Toronto, de acuerdo a los datos del último censo de 2016.
De los 14,1 millones de viviendas privadas ocupadas en Canadá, la vivienda unifamiliar llega al 53,6 por ciento, aproximadamente a 7,5 millones.
Los nuevos datos revelan también que en Toronto los apartamentos representan el 44 por ciento de las viviendas, mientras que las casas unifamiliares sólo llegan al 40 por ciento.
Las cifras también indican que, como hogar para los residentes de Toronto, el número de viviendas unifamiliares ha ido disminuyendo desde principios de los años ochenta. Esto como consecuencia del crecimiento demográfico, las variaciones de la economía y también el envejecimiento de la población.
El apetito por las viviendas en condominio en altas torres parece insaciable en Toronto. El mercado de los nuevos apartamentos en condominio es dinámico y fluido. El volumen de ventas en el primer cuatrimestre de 2017 aumentó en un 73 % en comparación al mismo periodo el año pasado, lo que representa la venta de cerca de 10.000 condominios nuevos, que en algunos casos fueron vendidos aún antes de que termine su construcción.
Otro elemento a considerar en este intenso mercado de la vivienda es la especulación. Con tasas de interés bancarias que se encuentran en niveles históricos mínimos, muchos inversionistas y especuladores ven en la compra y venta de condominios una forma de enriquecerse más rápidamente.

El nivel de venta y reventa de los condominios, y las pingues ganancias posibles, también atrajeron a compradores extranjeros, que se hicieron dueños del 10% de los condominios puestos a la venta. En Toronto, un condominio se vende en un período promedio de tres semanas.
Esto tuvo a su vez el efecto de aumentar los precios de venta de estos apartamentos, colocándolos fuera del alcance de un gran número de canadienses. En respuesta, el gobierno de la provincia de Ontario impuso un impuesto a los compradores extranjeros que utilizan la compra de estos condominios como forma de estacionar su dinero y buscar ganancias.
A fines de julio de 2017, un apartamento en condominio en Toronto costaba 566.513 dólares. Y si se quiere alquilar, un condominio con dos dormitorios tenía, entre mayo y junio de este año, un precio de 2.533 dólares por mes.
Lo más grave es que, aun cuando la persona que desea alquilar tenga el dinero suficiente como para hacerlo, el problema es encontrar un apartamento en alquiler. Las tasas de vacancia en los nuevos edificios de apartamentos en alquiler son casi inexistentes, registrando un promedio de apenas un 0,1%, de disponibilidad.
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