Luego de numerosas reuniones y gracias al trabajo del consejo de ministros del Gobierno de Alemania, se aprobó la semana pasada, el primer código ético que incluye casi todas las etapas, desde la fabricación hasta la utilización de estos autos. En realidad es una necesidad imperativa puesto que, cada día que pasa, los autos con capacidad de auto-manejarse son más populares y más accesibles. Esta nueva reglamentación y normativa viene a ocupar un vacío importante que contiene en cierta manera, esta novedosa manera de conducción. Según se dio a conocer, un grupo de 14 expertos instituyeron las “bases éticas” sobre las cuales se desarrollará el nuevo reglamento de responsabilidades en caso de incidentes con un auto autónomo, sin un conductor presente.
Lo interesante de esta comisión es que está conformada con profesionales de distinta índole, como por ejemplo, ingenieros, filósofos y teólogos, que redactaron un informe con aproximadamente 20 tesis que intentan dilucidar las responsabilidades entre el ser humano y el automóvil dejando en claro desde el principio que este tipo de conducción estaría éticamente justificada si y solo si “causa menos accidentes que cuando el vehículo está manejado por un ser humano”.

Esta nueva normativa está siendo estudiada a pedido de los grandes fabricantes alemanes que están poniendo mucho entusiasmo y energía en la creación de autos con la posibilidad de la autonomía total. Berlín tiene en vigencia hace ya un tiempo, una ley que permite la utilización del “piloto automático”, es decir, que el auto controle la distancia entre el vehículo que va adelante y que se guie por las líneas de las rutas para mantenerse dentro de los carriles, todo esto con un conductor tras el volante, siendo éste el responsable de lo que pase con el carro. El pedido y luego propuesta de esta nueva normativa tiene como objetivo ampliar la presente ley teniendo en cuenta la velocidad en la que la tecnología crece en cuestión automotriz.
Actualmente en Canadá, la legislación indica que los programas de auto-conducción son considerados en el sentido legal, como sistemas de asistencia y no como sistemas completamente autónomos. En el caso canadiense, toda la responsabilidad de los accidentes siempre recae en la persona que está sentada en el lugar del conductor. Según Anne Morin, Gerente de asuntos públicos de la oficina de Sguros de Canadá, asegura que se sigue de cerca las nuevas creaciones y se observa y analiza que ocurrirá en el futuro. Según Morin, estos cambios no son para mañana, es decir, que todavía hay tiempo para vislumbrar una legislación al respecto.
En el caso alemán, lo primordial de la cuestión ética tiene que ver con la protección de las personas y de la vida humana. Para ello se estableció que la vida de los pasajeros está por encima de la protección de los bienes materiales. Esto implica que en el momento de la programación del automóvil, para los períodos de riesgo inminente y cuando los daños sean un hecho, el vehículo debe priorizar la seguridad del hombre y minimización de los daños a los ocupantes. Una vez ejecutada esta prioridad, le ley debería establecer los responsables en dicho accidente, y entre las propuestas existe la posibilidad de instalar una caja negra en cada auto para poder establecer quienes son los responsables del accidente.

Un ex juez del tribunal Constitucional alemán, llamado Udo di Fabio, fue quien estableció estas bases éticas de esta nueva normativa y explicó también que dentro de los escritos, hay varios puntos que quedaron deliberadamente abiertos para futuros debates. Según di Fabio, todo este material debe ser utilizado como base para la discusión a medida que la tecnología avance. El ministro de trasporte alemán, Alexander Dobrindt aseguró que el objeto de este trabajo pionero es que Alemania sea la precursora a nivel mundial de la movilidad 4.0.
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