Es la grasa acumulada alrededor de los órganos internos y es la más peligrosa para la salud. Los estudios demuestran que está incluso presente en una de cada cinco personas con un peso saludable. Esa grasa visceral, además de estar estrechamente asociada con enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, es una causa de cáncer y demencia, afirma médico canadiense.
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Las personas con un peso normal pueden estar en mayor riesgo de morir a medio plazo si su grasa se concentra en el abdomen, dicen los médicos que incitan a que todos usen una cinta métrica para medirse la cintura.
Los investigadores han sospechado durante mucho tiempo que el índice de masa corporal, o IMC, que indica cuán apropiado es el peso según su altura no es una buena medida de grasa corporal – en particular la grasa que se acumula en el vientre y dentro de los órganos abdominales y que conduce a la inflamación, a la intolerancia a la glucosa y otras complicaciones que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
«Hay muchos nombres diferentes para nombrar ese vientre», le dijo a CBC Thais Coutinho, cardiólogo del Instituto del Corazón de Ottawa. «Está la forma de la manzana a diferencia de la pera, el vientre de cerveza, el neumático de repuesto. Pero, básicamente se trata de alguien que tiene un abdomen desproporcionadamente grande en comparación con otras partes del cuerpo.
Coutinho y sus co-autores de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, evaluaron el riesgo de mortalidad de 5 y 10 años en hombres y mujeres con IMC normal y obesidad central en comparación con aquellos con sobrepeso u obesidad basados en el IMC. El estudio incluyó a más de 15.000 participantes que fueron seguidos durante un promedio de 14,3 años como parte de la tercera encuesta nacional de salud y nutrición nacional, conocida como NHANES III.
«Encontramos que el grupo de pacientes que realmente tenía el mayor riesgo de morir eran precisamente los pacientes con un IMC normal, por lo que son personas que no están necesariamente con sobrepeso según su altura, pero que eran obesas centralmente», dijo Coutinho.
La alarma que alertó inicialmente
Uno de los primeros médicos en sonar la alarma, hace unos 30 años, fue el Dr. Jean-Pierre Després, director científico de la Cátedra internacional sobre el riesgo cardio-metabólico y director de Investigación en el Instituto Universitario de Cardiología y Neumología de Quebec.
“Hace unos 30 años había realizado un descubrimiento durante mis investigaciones con voluntarios en la Universidad Laval al utilizar la técnica de imaginería que hoy es utilizada corrientemente en los hospitales, la tomografía axial computarizada. Me di cuenta que había personas que tenían grasa al interior de las cavidades del abdomen y que independientemente de la presencia de sobrepeso o de peso saludable, mostraban problemas de salud. Hipertensión, anomalías de lípidos, prediabetes.”
Esa investigación del Dr. Jean-Pierre Després dice que fue recibida con un escepticismo comprensible en el mundo de la investigación. Pero hoy esa situación ha evolucionado mucho, señala. Estudios realizados en Estados Unidos, en Asia, en Europa demuestran hoy que esa grasa en el abdomen es peligrosa para la salud.
“Un estudio que fue publicado recientemente en Anales de la Medicina Interna, una revista científica muy seria, que fue realizado únicamente con personas de peso normal, encontramos que una de 5 de una cohorte de 1000 individuos, tenía problemas de salud asociados a esa grasa interna”.
La noción de peso saludable, es hora de tirarla a la basura.
-Dr. Jean-Pierre Després
La clave no es la pérdida de peso
No hace falta tener un peso-salud dice el médico mientras no se tenga mucha de esa grasa interna peligrosa para la salud y que se puede prevenir con una alimentación sana y un modo de vida activo.
Para el especialista, las personas afectadas deben primero mejorar la calidad de su dieta y moverse más. Deben apuntar más bien a una reducción de su cintura que a la pérdida de peso.
Ahora bien, ¿cómo saber que hay un riesgo?
“La balanza no sirve. Lo que recomendamos, si tenemos un peso saludable, es medir la cintura, y si el médico nos dice que hay problemas de hipertensión, de lípidos, que nos dirigimos hacia una diabetes, esa medida de la cintura es un objetivo central. Y no la pérdida de peso.”
De sedentario a activo
La buena noticia es que la grasa visceral, que envuelve los órganos internos como el hígado, el páncreas y los riñones, es también la primera que se elimina con el ejercicio, a diferencia de la subcutánea que tarda más en desaparecer.
El contorno de la cintura, cuando baja de algunos centímetros, y la cifra mágica parece ser 4 cm, dice el Dr. Després , permite mejorar considerablemente el perfil de salud. Sin perder peso.
La grasa abdominal y el riesgo de cáncer y demencia
La primera señal de alerta cuando inicié mi carrera fue el lazo entre la grasa interna y la diabetes y la enfermedad cardiovascular. Pero otros colegas en el mundo, fueron más lejos. Ahora se observa la asociación entre problemas respiratorios, la apnea del sueño, los grandes roncadores, están relacionados con la grasa interna.
También hay cánceres asociados a esa grasa interna. Pero lo que más le preocupa al especialista es el lazo con el deterioro cognitivo y la demencia. El cerebro se alimenta de los vasos sanguíneos. Imagine si usted tuviera demasiada grasa interna, eso va a dañar también los vasos que alimentan su cerebro. Y ahora los estudios de imaginería muestran que si tiene demasiado grasa interna encontramos ciertas zonas en el cerebro que están dañadas. Lo que explica el lazo entre esa grasa interna y el deterioro cognitivo. Y la demencia está estrechamente relacionada con el modo de vida. Moverse es el mejor medio de conservar un cerebro saludable.
Levantar pesas, jugar a las bochas, caminar, bailar ¿le suena agradable?
La entrevista con el Dr. Jean-Pierre Després es de Jean-Sébastien Bernatchez
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