El gobierno de Trudeau había considerado la opción de comprar 18 aviones de combate Super Hornet construidos por Boeing.
Photo Credit: La prensa canadiense / Justin Tang

Canadá amenaza con romper negocio con Boeing

El primer ministro Trudeau anuncia que va a cancelar la compra de cazabombarderos F/A-18 Super Hornet, un contrato valorado en 5.200 millones

El primer ministro Justin Trudeau dejó caer los guantes el lunes en su pelea con Boeing, diciendo que el gobierno no hará negocios con una compañía a la que está acusando de atacar a la industria canadiense y tratando de dejar sin trabajo  a los empleados del sector aeroespacial.

La declaración de Trudeau representa la retórica canadiense más fuerte contra el gigante aeroespacial estadounidense desde que Boeing lanzó una disputa comercial con Bombardier, rival de Montreal, a principios de este año.

Des employés de l’usine de Bombardier à Belfast, en Irlande du Nord Photo : La Presse canadienne/Peter Morrison
Empleados en la planta de Bombardier en Belfast, Irlanda del Norte © The Canadian Press / Peter Morrison

También deja poca duda de que los liberales piensan seriamente alejarse del polémico plan para comprar 18 aviones de combate Super Hornet de Boeing si la compañía no se retira.

De hecho, Trudeau también parecía dejar la puerta abierta completamente a la exclusión de los Super Hornets de cualquier futura competencia para reemplazar más ampliamente la vieja flota de aviones CF-18 de Canadá con 88 nuevos aviones.

Tal medida sería difícil dada las leyes de comercio internacional, pero si tiene éxito, podría representar un golpe importante para Boeing: se espera que los 88 nuevos aviones cuesten entre $ 15 mil y $ 19 mil millones.

El Departamento de Estado de Estados Unidos estimó la semana pasada que le costaría a Canadá más de $ 6 mil millones comprar 18 Super Hornets.

May aliada de Trudeau

Trudeau apareció junto a la primera ministra británica en Ottawa, Theresa May, quien dijo que Canadá y el Reino Unido trabajarán juntos para defender a Bombardier, que tiene una fábrica en Irlanda del Norte.

May dijo que ya ha expresado sus sentimientos en una llamada telefónica con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

«Voy a plantear la cuestión de Bombardier cuando me reúna con él más tarde esta semana», dijo May.

«Le destacaré la importancia de Bombardier para el Reino Unido, y particularmente, obviamente, para los empleos en Irlanda del Norte».

En su reunión sobre la colina del Parlamento el lunes, el primer ministro Justin Trudeau, a la derecha, y la primera ministra británica Theresa May discutieron la queja comercial de Boeing contra Bombardier, con sede en Montreal, que es un importante empleador en Irlanda del Norte. © The Canadian Press

Acusación de dumping

El presidente de Bombardier, Alain Bellemare, fue uno de los representantes comerciales canadienses que más tarde participaron en una mesa redonda con May organizada por el Alto Comisionado Británico en Ottawa, pero no estaba claro si ambos tuvieron la oportunidad de discutir el asunto.

Boeing quiere que se imponga un arancel de casi el 80% a las importaciones de aviones fabricados por Bombardier. El modelo CSeries, que compite con el bimotor de pasillo único B737, tiene entre sus clientes más potentes a la aerolínea Delta. Estas subvenciones permiten, siempre según el gigante aeroespacial estadounidense, adquirir los aviones a un precio artificialmente bajo.

El CSeries tiene capacidad para un centenar de pasajeros. Es un segmento que abandonó Boeing hace una década. Pero los bajos precios lo hacen atractivo para las aerolíneas que buscar cubrir rutas regionales más largas.

Boeing le dijo a Trudeau que es una dispuesta clásica antidumping, por competencia desleal, no contra Canadá.

The Canadian Press/CBC/Radio Canadá

Categorías: Economía
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