La oposición de Venezuela anunció este martes que no participará en una nueva ronda de reuniones con miembros del Gobierno para buscar una solución a la crisis que vive el país. Esto con el argumento de que la administración de Nicolás Maduro no ha cumplido con varios requisitos que permitan continuar con las conversaciones.
Ambas partes debían reunirse este miércoles en República Dominicana, pero los opositores aseguraron que el Gobierno no cumplió con ninguna de las condiciones para seguir adelante, como la liberación de los llamados “presos políticos”, la apertura de un canal humanitario y garantías electorales.
“En este momento no están dados los requisitos previos para ese acuerdo”, dijo el diputado opositor y miembro del equipo negociador, Luis Florido.
Por su lado, el Gobierno venezolana ratificó su voluntad de reunirse este miércoles con la oposición venezolana para continuar con las conversaciones que tienen como escenario la República Dominicana.

«El próximo miércoles estamos convocados a la mesa de diálogo en República Dominicana. Se ha ratificado la fecha, miércoles 27 de septiembre. Para continuar las conversaciones, los diálogos, la construcción de una agenda nacional de entendimiento entre Venezuela y la oposición», expresó el presidente de esa nación suramericana, Nicolás Maduro.
Luis Florido, diputado opositor y miembro del equipo negociador, declaró que “Para concurrir a República Dominicana requerimos de una agenda acordada, clara. Nosotros no nos vamos a prestar para shows del Gobierno. Si bien tenemos la mejor disposición de avanzar, nosotros tampoco vamos a hacer las cosas mal”, agregó el parlamentario.
A mediados de septiembre, ambas partes mantuvieron “reuniones exploratorias” de dos días con el aval del presidente dominicano, Danilo Medina, quien anunció que México, Chile, Bolivia y Nicaragua se sumarían a las conversaciones.
En el 2016, un proceso similar respaldado por el Vaticano fracasó debido a que la oposición se negó a dialogar con el Gobierno. En esta ocasión los miembros de la oposición han criticado duramente a sus dirigentes por volver a sentarse a dialogar con el Gobierno.
La oposición acusa a Maduro de comandar una “dictadura” en Venezuela y de arrastrar al país a una crisis económica. Por su parte, el mandatario democráticamente elegido asegura que sus adversarios llevan a cabo una guerra económica con apoyo de Estados Unidos, buscando las condiciones para un golpe de Estado.
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