Los líderes republicanos en el Congreso prometen ayudar a Puerto Rico, devastado por el huracán María la semana pasada, después de las críticas hechas contra la administración Trump por su respuesta tímida a las necesidades de los damnificados puertorriqueños.
La administración Trump trata de hacer callar las críticas que se le están haciendo y que la acusan de haber descuidado a Puerto Rico comparado con la ayuda a los damnificados de los huracanes precedentes que devastaron a Texas y Florida. El presidente Trump declaró que viajará a Puerto Rico el 3 de octubre próximo para constatar los daños causados por María.
El presidente de la Cámara de Representantes en el Congreso, Paul Ryan, quien calificó la situación de Puerto Rico de “crisis humanitaria”, y el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, indicaron que estaban trabajando en colaboración con la administración Trump para prestar ayuda a Puerto Rico.

El huracán María dejó a millones de puertorriqueños sin alimentos, sin agua potable y sin techo, dijo Ryan, “Ellos necesitan nuestra ayuda y la recibirán”, agregó. Paul Ryan dijo que Puerto Rico tendrá acceso a 15.000 millones de dólares que el Congreso votó para ayudar a los damnificados de los huracanes Harvey e Irma.
El anuncio del Congreso se hizo después de las críticas contra el presidente Donald Trump, quien declaró en un trino que Puerto Rico ya venía con dificultades económicas antes del huracán. Trump habló de los “miles de millones de dólares” que Puerto Rico le debe a Wall Street y a los grandes bancos, que deben ser reembolsados.
La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulin Cruz, deploró las declaraciones del presidente Trump sobre la deuda de Puerto Rico. “No se pueden poner las deudas por encima de las personas”, dijo la alcaldesa.

Por otra parte, la administración Trump anunció hoy que abolirá las restricciones federales que impiden a los barcos extranjeros transportar mercancías hacía Puerto Rico.
La portavoz de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders explicó este jueves que el presidente Trump autorizó la abolición de la Ley Jones para Puerto Rico y agregó que la medida entraba en vigencia inmediatamente, en respuesta a un pedido del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló.
Republicanos y demócratas pedían a Donald Trump que derogara la Ley Jones, una ley federal que prohíbe a los navíos con banderas extranjeras de transportar mercancías entre dos puertos estadounidenses.
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