Al menos 58 miembros de las fuerzas del gobierno sirio fueron muertas, el jueves 28 de septiembre, en ataques sorpresa del grupo Estado Islámico contra puestos de control en zonas desérticas, según reportó el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos.
La organización armada reivindicó el ataque mediante un comunicado difundido poco después del hecho.
En el texto, la entidad extremista sostuvo que varios de sus combatientes lanzaron un asalto contra puestos militares en al sur de la ciudad de al-Sokhana, en la provincia de Homs, dejando decenas de muertos entre los militares.

Los atentados fueron cometidos el mismo día que Estado Islámico difundió un audio atribuido a su jefe, Abou Bakr al-Baghdadi, en el que apela a los combatientes a resistir y a multiplicar los ataques contra el enemigo.
De acuerdo al Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, las primeras agresiones armadas tuvieron como blanco los puestos de control de tropas leales en Chola, una localidad cerca de la ciudad de Deir Ezzor, en el este del país.
Esa localidad y la provincia homónima son el objeto de dos ofensivas contra los yihadistas, que tienen como fin desalojar a Estado Islámico del último territorio que controla en Siria.
Uno de los frentes es comandado por tropas gubernamentales que cuentan con el respaldo de Rusia, mientras que el otro está integrado por una alianza árabe-kurda avalada por Washington.
Además, Estado Islámico llevó acabo otro ataque a lo largo de la ruta que conduce a Chola, llegando hasta el sur de al-Soukhna.

Dicha ruta se encuentra en la zona de La Badiya, el gran desierto sirio que se extiende por varias provincias del país.
Con el apoyo de Rusia, el gobierno de Bashar al-Asad logró desalojar al grupo armado de la mayor parte del desierto, pero los yihadistas controlan aún porciones de territorio en las provincias de Homs y Deir Ezzor.
Un medio de comunicación oficial no hizo referencia a las muertes de soldados, pero informó que los efectivos hicieron frente a un ataque del grupo terrorista al sur de la ruta de Deir Ezzor y en Palmira.
Por su parte, la agencia oficial Sana indicó que las tropas del gobierno infligieron “pérdidas importantes” entre las filas de los rebeldes.
La guerra en Siria ha provocado cerca de 330.000 muertos desde 2011 y hasta el presente.
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