Toronto ha registrado un crecimiento acelerado de la construcción en los últimos años.

Toronto ha registrado un crecimiento acelerado de la construcción en los últimos años.
Photo Credit: Aaron Harris

Temores por el futuro inmobiliario en Toronto y Vancouver

Toronto y Vancouver son las urbes canadienses que se encuentran en la lista de las ciudades más grandes del mundo con mayor riesgo de padecer una burbuja inmobiliaria.

Así lo sostiene un informe elaborado por el grupo financiero internacional UBS Group AB.

Se denomina burbuja inmobiliaria al aumento desmesurado del precio de los bienes inmuebles, que tiene como una de sus consecuencias principales colocar el valor de los mismos fuera del alcance de la media de la población y transforma a dichos productos en objeto de especulación financiera.

Las ventas se desaceleraron tras la introducción de un impuesto a los compradonres extranjeros.
Las ventas se desaceleraron tras la introducción de un impuesto a los compradonres extranjeros. © Mark Blinch

El reporte ubica a la ciudad de Toronto a la cabeza de la nómina de ciudades en riesgo de burbuja inmobiliaria, junto a Estocolmo, Múnich, Sídney, Londres, Hong Kong y Ámsterdam.

Por su parte, Vancouver ocupa el cuarto renglón de la lista.

Según la entidad de servicios financieros, cuya sede central se encuentra en Suiza, el riego de un estallido del mercado inmobiliario en las ciudades citadas se ha multiplicado en los últimos 5 años, con un incremento de precios que ronda el 50 por ciento en comparación con los niveles vigentes en 2011.

Dichos aumentos se ubicaron en el 10 por ciento en el último año en Toronto, donde el riesgo de crisis inmobiliaria parece mayor en Canadá.

La situación de la mayor ciudad canadiense se compara, en el plano internacional, con lugares como Hong Kong, donde el precio de la vivienda se encuentra entre los más altos del mundo.

Según el estudio, tales niveles de incremento en los precios equivalen a una duplicación del costo de los bienes raíces en plazos no superiores a 7 años, “lo que resulta insostenible”.

Pero dicha situación puede presentarse atractiva para un segmento de compradores potenciales, quienes ven la posibilidad de una apreciación importante del valor de sus inmuebles en el corto plazo.

El objetivo es evitar una burbuja inmobiliaria que aumente artificialmente el precio de los bienes raíces.
El objetivo es evitar una burbuja inmobiliaria que aumente artificialmente el precio de los bienes raíces. © Aaron Harris

El documento está basado en información correspondiente al segundo cuatrimestre de 2017.

En Canadá, la mayor parte del impacto negativo que tendrían sobre el acceso a la vivienda los valores de compra más altos, al menos para un segmento de la población, fue contrarrestado por la baja tasa de interés sobre las hipotecas vigente en los últimos años.

La ola de compras de inmuebles por parte de inversores extranjeros, entendiendo a los mismos como a adquirentes no residentes en Canadá,  fue alentada en los últimos años, además, por la política monetaria flexible instaurada por el gobierno federal. Esas transacciones especulativas fueron contrarrestadas, al menos transitoriamente, por la instauración de un impuesto del 15 por ciento obligatorio para los compradores extranjeros, tanto en Ontario como en Columbia Británica, con el objeto de enfriar los mercados en Toronto y Vancouver.

En el mes siguiente a su entrada en vigencia, a medida trajo aparejada una caída del 37,3 por ciento en el número de viviendas vendidas en Ontario y 19 por ciento en Columbia Británica, comparado con respecto al año anterior.

En Columbia Británica, la primera en poner en marcha la tasa, en agosto de 2016, la caída en las ventas fue acompañada por una reducción del 16,7 por ciento en los precios.

Ontario aplicó la medida en abril de 2017, tras lo cual el valor de los inmuebles en su jurisdicción bajó 13,8 por ciento.

No sólo los condominios, también las viviendas unifamiliares se convirtieron en blanco de la inversión especulativa.
No sólo los condominios, también las viviendas unifamiliares se convirtieron en blanco de la inversión especulativa. © Ben Nelms

Las dos ciudades canadienses citadas en el reporte han experimentado una suba vertiginosa de los valores de la vivienda a lo largo de la última década, aunque ninguna de ellas fue afectada por la crisis financiera o la baja de los precios de las mercancías, gracias al efecto amortiguador que ha tenido en el mercado la depreciación del dólar canadiense respecto a su par estadounidense (en la actualidad, la moneda de Canadá fluctúa en torno a 80 centavos por 1 dólar de Estados Unidos, comparado con 1,25 que llegó a valer hace 5 años).

UBS pronosticó que un dólar canadiense más fuerte y una mayor tasa de interés pondrán fin a la fiesta inmobiliaria en Toronto.

El documento indica que la suba de precios se aceleró el año último en esa ciudad, alcanzando un 20 por ciento de incremento en el segundo cuatrimestre de 2017 respecto al año anterior.

En Vancouver, por su parte, los precios de los bienes raíces alcanzaron su pico máximo a mediados de 2016, disparándose el 25 por ciento en la comparativa anual, antes de desacelerarse en el último trimestre del año, tras la entrada en vigencia del gravamen del 15 por ciento.

Contrariamente a lo que habían previsto los analistas, el Banco de Canadá dispuso dos subas de tasas en los últimos meses, aunque los efectos que dichas medidas puedan tener sobre el mercado inmobiliario aún parece poco claro.

Con información de The Canadian Press

Categorías: Economía
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