Cada año, al finalizar octubre, lo habitantes de Montreal, como ocurre en otros sitios, se sumergen en las celebraciones de la Noche de Brujas, conocida mundialmente por su nombre en inglés, Halloween.
En el espíritu de esa celebración se inscribe la Marcha de los Zombis que cada año se lleva a cabo por las calles de la ciudad.
Es la ocasión en la que los participantes apelan a todo su ingenio para crear personajes y maquillajes que recrean, en muchos casos con una calidad digna de película de terror, la imagen de esos personajes que vuelven desde “el otro mundo” para asustarnos.

Este año la marcha de los muertos-vivientes se inscribió en el marco de las celebraciones por el 375 aniversario de la ciudad de Montreal.


Una desfile interminable de personajes espeluznantes recorrió las calles del centro de la ciudad, mostrando laceraciones, malformaciones, miembros seccionados, torrentes de sangre, rostros cadavéricos y, por qué no, un muy buen sentido del humor.


En los miles de participantes no faltaron familias completas, con menores incluidos, que se prestaron de buena gana a personificar con maquillaje, vestimenta adecuada y gritos de ultratumba a los zombis.


Una verdadera muchedumbre se agolpó a lo largo del recorrido, por las calles Maisonneuve y Sainte-Catherine, en el conocido como Barrio de los Espectáculos, para ver pasar a estas “almas en pena”.
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