El fenómeno de la “alienación del oeste canadiense” es bien real y peligroso, ya que muchas personas de la región estiman que sus aspiraciones no son compatibles con las del resto de Canadá, afirma Rona Ambrose.
La ex ministra conservadora y ex líder de la oposición en el Parlamento de Ottawa, que se retiró de la vida política el año pasado, hizo este comentario ayer martes en Montreal durante la apertura de la nueva Escuela de Políticas Públicas de la Universidad McGill. Según Rona Ambrose, varias personas en la provincia de Alberta piensan que sus objetivos están desfasados con los del resto del país “y eso es peligroso”, dijo.
Uno de los temas que provocó este sentimiento de alienación en el oeste es la satisfacción expresada por algunos políticos en Quebec con respecto al abandono del proyecto de oleoducto Energie Est de la petrolera TransCanada, dijo Ambrose.
El proyecto que consistía en transportar petróleo de Alberta hasta la provincia de Nueva Brunswick pasando por Quebec, representaba “la esperanza” para los albertenses que se encuentran en dificultad debido a la caída del precio del petróleo. Rona Ambrose citó también el ejemplo de Columbia Británica, la provincia vecina a Alberta, que se opuso a la ampliación del oleoducto Trans Mountain.

En un corto espacio de tiempo, la oposición a los proyectos energéticos se convirtió en un tema político sobre el terreno, afirma Rona Ambrose que fue diputada de Alberta durante 13 años en el parlamento de Ottawa. La idea que los canadienses del oeste, sobre todo la gente de Alberta, se sienten cada vez más excluidos de la visión de Canadá que tiene el gobierno actual «es muy real», dice Ambrose.
Alberta le reprocha al primer ministro Justin Trudeau su falta de entusiasmo para promover el petróleo y el gas canadiense en el mercado. De hecho, los conservadores tienen como responsable al gobierno Trudeau por el fracaso del proyecto Energie Est, mientras que Ottawa afirma por su parte que se trata de una decisión de la empresa.
La frustración en el oeste canadiense se resume en una declaración del primer ministro de Saskatchewan, Brad Wall. “Las decisiones (del Sr. Trudeau) y de su gobierno podrían hacerse preguntar a la gente del oeste si este país aprecia verdaderamente el oeste canadiense, los recursos que tenemos y lo que aportamos para contribuir en la economía nacional”, dijo Wall.
Rona Ambrosse se encontraba entre numerosos canadienses conocidos que participaron en la apertura de la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad McGill, gracias a una donación de 10 millones de la Fundación Max Bell. También se encontraban el ex primer ministro de Canadá Paul Martin y Michael Sabia, presidente y jefe de la dirección de la Caja de Ahorro e Inversiones de Quebec.
RCI/La Presse Canadienne
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