Desde este lunes 13 y hasta el viernes 17 de noviembre, se reúne en Ginebra, Suiza, un grupo de expertos gubernamentales en sistemas armamentísticos con el fin de abordar formalmente por primera vez los retos normativos y las implicaciones éticas, técnicas y militares de la utilización de los llamados “robots asesinos”, capaces de operar sin la intervención humana.
Esta reunión se lleva a cabo en la sede de Naciones Unidas, en la que participan varios países, representantes de organizaciones internacionales, de la industria, de la sociedad civil, ONGs y académicos. La discusión se divide en 3 ejes principales para estudiar el tema desde los puntos de vista tecnológico, militar y ético-legal, teniendo en cuenta la actual legislación sobre las armas vigente a nivel internacional y nacional.
EscucheSegún numerosos expertos, los extraordinarios avances que se han hecho en lo relacionado a la inteligencia artificial permitirán en poco tiempo crear armas capaces de operar de una forma autónoma en el campo de batalla y lo que es peor, tomar sus propias decisiones sin instrucciones humanas.

Los “robots asesinos” podrían reemplazar a los soldados en los campos de batalla, pero un poco por todos lados en el mundo reina la inquietud con respecto a estas máquinas de muerte. Aquí en Quebec, Yosua Bengio, Director científico del Instituto de Inteligencia Artificial de Quebec, dice que no habría que permitir su utilización.
La comunidad científica envió una carta al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau para que tome en serio este tema. Los científicos canadienses son del parecer que la inteligencia artificial se debe desarrollar en beneficio de la humanidad y que no se debe alentar la mala utilización de esta tecnología.
Los “robots asesinos” permiten matar de una forma muy específica a poblaciones en particular. Un gobierno puede decidir de matar por ejemplo, a todos los investigadores en inteligencia artificial de un determinado país a partir simplemente de las fotos de las personas.
Ya existen sistemas capaces de reconocer el rostro de las personas. Y si se combina la capacidad de reconocer las personas con la capacidad de matar con drones, se tiene un “robot asesino”. Y eso no es algo que podrá suceder dentro de 10 años, es algo que se puede realizar ahora muy rápidamente. La pregunta que nos podemos hacer es ¿Qué tan difícil será de cerrar esa Caja de Pandora una vez que se haya abierto? Yosua Bengio.

Robot fotografiado frente al Parlamento inglés en la Campaña Stop Killer Robots en Londres. REUTERS/Luke MacGregor (BRITAIN – Tags: SCIENCE TECHNOLOGY MILITARY CONFLICT POLITICS CIVIL UNREST) – LM1E94N172P01
Queda por saber si es realista pensar que Naciones Unidas puede impulsar un tratado internacional como lo fue en el caso de las minas antipersonales porque los intereses en juego son de talla. La comunidad científica internacional o más bien, los investigadores expertos en el tema estarían en favor de un tratado pero los expertos de la industria militar temen que se les quiera impedir realizar su proyecto. Un diálogo es necesario afirma Yosua Bengio.
El gran temor para la comunidad científica en general y este incluye a los “robots asesinos”, es que esta tecnología sea cada vez más poderosa y cómo será utilizada. La idea sería organizarse colectivamente, socialmente y políticamente para evitar los abusos de esta tecnología. El beneficio de los “robots asesinos” sería para los gobiernos autoritarios que desean controlar la población o agredir directamente las poblaciones de otros países, matando de forma selectiva y muy rápidamente a personas de esos países.
Ahora bien, Naciones Unidas es una maquinaria con muchos resortes y entre más resortes haya en una maquina más lenta será su acción, pero desde este lunes comenzaron los encuentros en Naciones Unidas en Ginebra y continuarán por el resto de la semana.
Lo que los científicos canadienses piden al gobierno liberal de Justin Trudeau es que se implique al máximo con otros países para avanzar gradualmente hacia la firma de un tratado internacional contra los “robots asesinos”, concluye Yosua Bengio, Director científico del Instituto de Inteligencia Artificial de Quebec.
EscucheRCI/Radio Canadá
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