Por primera vez en la historia de Canadá, el país está conectado totalmente por un camino que va desde el Atlántico hasta el Pacífico y ahora hasta el Ártico.
Esta semana se inauguró oficialmente la sección final de 140 kilómetros de una carretera todo clima que une Inuvik en los Territorios del Noroeste con la aldea costera de la costa ártica de Tuktoyaktuk y sus 900 almas.

Vea el video Nueva carretera de la costa del Ártico conecta Tuktoyaktuk con el resto de Canadá
Construir una carretera en el Lejano Norte es como levantar una montaña de grava en una enorme torta congelada. Si hace mucho frío, la base se sostiene. Pero si el clima se calienta, se vuelve esponjosa y frágil.
Ese fue el trabajo que hicieron ingenieros para conectar Inuvik, en los Territorios del Noroeste, con Tuktoyaktuk, a orillas del Mar de Beaufort.
El camino de 140 kilómetros se construyó en invierno, durante cuatro inviernos para ser exactos, cuando el suelo era muy sólido. El mercurio a veces caía a menos de 50 grados Celsius y durante meses no había luz.
«Tuvimos que dejar el equipo funcionando las 24 horas del día, de lo contrario todo se habría congelado.»
– Dean Ahmet, director del proyecto, Inuvik-Tuktoyaktuk Motorway

El ingenio canadiense
Y dado que el suelo está parcialmente cubierto de hielo -la capa superior se puede derretir en el verano, especialmente si está expuesta al aire libre- los equipos han preferido construir una carretera elevada, agregando hasta cuatro metros de grava.
Excavar, como se hace normalmente, habría acelerado el derretimiento.

El camino no estará pavimentado para evitar que la carretera se agriete, si la tierra se mueve.
El proyecto involucró una serie de tecnologías innovadoras, como una estera geotérmica sobre la tundra para reducir el derretimiento potencial del permafrost antes de que el casquijo de la carretera se colocara encima. Varios materiales nuevos también se usaron en lo que es un experimento continuo de construcción en lo alto del Ártico.

Otras naciones circumpolares han estado observando con mucho interés el proceso, los métodos y los materiales, para sus propios proyectos similares en el futuro.
«Realmente es una experimentación», dice Dean Ahmet, el ingeniero que supervisó la construcción de este proyecto de $ 300 millones, financiado en parte por el gobierno federal.
«Hay muy pocas carreteras que existen al norte del Círculo Polar Ártico. Así que esperamos aprender de este camino y ver cómo se comportará «, agrega.
Solo identificar una ruta de 140 kilómetros fue un desafío. En esta área, al norte, la línea de árboles, los lagos, pequeños y grandes, son omnipresentes.
¿Por qué una ruta al Ártico?
Inicialmente, el proyecto, lanzado bajo el gobierno de Stephen Harper en enero de 2014, iba a ser la «ruta de los recursos». Un camino que habría facilitado el desarrollo de petróleo y gas en el mar de Beaufort.

Pero en diciembre pasado, el primer ministro Justin Trudeau prohibió nuevas perforaciones en el Ártico, bloqueando las esperanzas de una recuperación económica en el punto de llegada a Tuktoyaktuk.
«Estamos realmente decepcionados. De los cerca de 1000 habitantes, solo hay 50 puestos de trabajo a tiempo completo aquí. El resto es a tiempo parcial. »
– Darrel Nasogaluak, Alcalde de Tuktoyaktuk
La opción ahora, será el turismo. Con un acceso más fácil durante todo el año para los bienes, el costo de vida en la región disminuirá y es probable que abra más oportunidades para el turismo en varias aldeas cercanas.
El final del aislamiento

La contribución más importante de este camino es quizás, finalmente, la que parece más obvia: un vínculo permanente, para los residentes de Tuktoyaktuk, con el resto del mundo.
Hasta hoy, los Inuvialuits, el nombre de los inuit que viven en Tuk, tenían que gastar cientos de dólares en boletos de avión para salir de sus hogares. Un camino de hielo se construía cada invierno, pero tenía una vida de solo tres meses y medio.
CBC/Radio Canadá
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