Un kamikaze se hizo explotar este jueves en medio de una multitud en Jalalabad, ciudad del este de Afganistán, dejando por lo menos 8 muertos. Un nuevo ataque que resalta la inseguridad creciente en Afganistán.
Un hombre activó su chaleco de explosivos en el momento en que varias decenas de personas manifestaban en favor de un comandante de policía que había sido despedido, dijo a AFP Attaullah Khogyani, portavoz de Nangarhar, provincia fronteriza con Pakistán.
“Desafortunadamente, ocho personas perdieron la vida, todos civiles”, lamentó Khogyani. El atentado dejó también, según él, unos15 heridos, entre los que se encuentran varios niños.
El director de Salud de la provincia de Nangarhar confirmó el balance del atentado y agregó que algunos de los heridos se encuentran en un estado crítico.
Ningún grupo reivindicó hasta el momento el atentado. En Nangarhar, considerada como la cuna del Estado Islámico en Afganistán, hay una fuerte actividad de los talibanes.
Según responsables afganos y estadounidenses, el Estado Islámico, acosado por los ejércitos de ambos países, está perdiendo terreno esta provincia. Sus combatientes están presentes en solo 2 0 3 distritos, comparado a los 9 en los que estaban en el mes de enero.
Sin embargo, el grupo ha intensificado sus ataques en otros lugares de Afganistán, particularmente en el Este y en Kabul, la capital. El Estado Islámico combate además a los talibanes en ciertos lugares del país.
RCI/AFP
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