El candidato a la presidencia de Honduras, Salvador Nasralla se imponía en las elecciones del domingo, según datos oficiales, superando al presidente Juan Orlando Hernández, quien busca ser el primer líder reelecto en la historia moderna del país.
En 2015, Nasralla acusó al presidente Hernández de ser el responsable del saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social y a su Partido Nacional de robar dos mil millones de lempiras. También acusó a la familia de Hernández y del anterior mandatario instalado tras un golpe de Estado, Porfirio Lobo, de estar involucrados en el narcotráfico en Honduras.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció el lunes por la madrugada que Nasralla, quien lidera una amplia coalición llamada Alianza de Oposición Contra la Dictadura, obtenía un 45.17 por ciento de los votos frente al 40.21 por ciento del favorito Hernández, con 57 por ciento de las mesas escrutadas.
Antes del anuncio del recuento parcial, el presentador de televisión, que había llegado a la contienda como segundo de acuerdo con encuestas, se proclamó ganador con base en las actas que manejaba su partido y criticó a Hernández quien declaró su victoria basándose sólo en sondeos a boca de urna.
Hernández, de 49 años y cercano al Gobierno de Estados Unidos, había cantado victoria dos veces antes del boletín del TSE y había dicho que los cambios que había iniciado seguirían por cuatro años más.
“¡Gracias al favor de Dios y al apoyo del pueblo hondureño les puedo decir que ganamos contundentemente estas elecciones!”, declaró el político del derechista Partido Nacional, a quien sus adversarios acusan de estar acumulando cada vez más poder.
Nasralla, quien presenta shows de deportes y talentos, ha prometido poner fin a la pobreza, la corrupción y a la violencia en Honduras, uno de los países más empobrecidos y violentos del continente.

Durante su campaña dijo que pediría a Naciones Unidas que instale un organismo anticorrupción, similar al que opera en Guatemala, para investigar y presentar cargos en casos de corrupción.
El político no tradicional ha dicho que mantendría en funcionamiento la policía militar, creada por Hernández, pero que establecerá una policía comunitaria que trabaje en los barrios violentos.
Su Alianza de Oposición Contra la Dictadura ha propuesto un referendo sobre cómo debería ser reescrita la actual Constitución y otro que buscará eliminar los poderes de la Corte Suprema, a la cual acusa de ser cómplice del actual presidente.
Su triunfo podría significar el retorno a la vida política activa de Manuel Zelaya, líder del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), que forma parte de la Alianza.
El actual presidente, Juan Orlando Hernández, respaldó en 2009 un golpe de Estado apoyado por Estados Unidos contra Zelaya, quien se enfrentó a los intereses transnacionales en suelo hondureño y propuso una Asamblea constituyente para redactar una nueva constitución hondureña.
“Ganamos…”, escribió Zelaya en su cuenta de Twitter, agradeciendo al pueblo hondureño. “Viene la democracia y la justicia para el pueblo de HONDURAS”, agregó.
Funcionarios estadounidenses habían dicho que si Hernández ganaba buscarían que el mandatario reactive rápidamente un proyecto de ley atorado en el Congreso que apunta a limitar los términos presidenciales.
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