La industria del cine en América del Norte, y sin duda en muchas otras regiones del mundo tiene dos terribles palabras: casting couch, el sofá de la prueba.
En su origen estas dos palabras designaban el lugar en el que una persona que quería un rol en una película debía aceptar el abuso sexual de parte de una persona con el poder de otorgarle ese papel.
Por extensión, esta expresión incluye a toda relación entre dos personas en las que una de ellas, que tiene el poder, utiliza este para abusar sexualmente a la otra. Algunas voces señalan que esta situación ha sido por mucho tiempo una realidad en el mundo cinematográfico canadiense.
Décadas más tarde, finalmente las víctimas estos abusos están siendo escuchadas y los abusadores están siendo sancionados, por lo menos en la arena pública.
Las cabezas están rodando. En Estados Unidos fueron las denuncias contra el magnate de Hollywood, Harvey Weinstein, las que abrieron las compuertas que retenían las denuncias. Luego cayeron las cabezas de figuras conservadoras y puritanas como la del animador Bill O’Reilly, de la cadena de derecha FOX, pasando por la del actor Kevin Spacey, o la del celebrado entrevistador Charlie Rose. Y la serie no ha acabado. El último en ser despedido es el animador de la cadena estadounidense NBC, Matt Lauer.
En Canadá, mujeres y hombres también han denunciado una serie de abusos sexuales de parte de figuras conocidas del mundo del espectáculo, incluyendo uno de los fundadores del Festival de la Risa, Gilbert Rozon. Un grupo de 20 mujeres denunció que fueron abusadas por este personaje. Ellas han formado un grupo llamado “Las valientes” y han iniciado acciones legales contra el depredador. Otro personaje que abusó esta vez a hombres es el animador de frívolas emisiones de televisión, Eric Salvail.
Ante esta situación, La Alianza de Artistas Canadienses de Cine, Televisión y Radio (ACTRA), un sindicato que representa a unos 22.000 miembros señaló que el establecimiento de un código de conducta será una de las medidas para hacer frente al acoso sexual en la industria.
Más de una docena de organizaciones canadienses participaron en una reunión a puertas cerrada el pasado jueves en Toronto para discutir lo que se puede hacer para frenar el problema.
David Sparrow, el presidente de ACTRA, declaró que un código de conducta para la industria cinematográfica definirá claramente para los que están frente a la cámara y detrás de ella, incluyendo a los productores, qué es un comportamiento inapropiado, así como cuáles serían las consecuencias para aquellos que cometan tales actos.
Los grupos también acordaron crear maneras más efectivas de reportar tal comportamiento sin temor a represalias.
Algunas voces dicen que el abuso sexual ha sido por mucho tiempo una realidad en el mundo cinematográfica en Canadá, y sostienen que es un problema que parece estar creciendo.
La actriz y activista Mia Kirshner, nacida en Toronto, escribió el mes pasado en el periódico The Globe and Mail un artículo denunciando la «enfermedad en[la] industria que consiste en hacer la vista gorda ante el acoso y los abusos sexuales cometidos por quienes detentan el poder en la industria cinematográfica».
Kirshner también criticó la forma en que los sindicatos de artistas como ACTRA en Canadá y el Gremio de Actores de Cine (Screen Actors Guild) en Estados Unidos han manejado el tema.
«Demasiado poco, demasiado tarde. No creo que la ACTRA esté realmente interesada en escuchar a los miembros del sindicato», dijo Kirshner en un mensaje en las redes sociales difundido poco antes de la reunión del sindicato de artistas de Canadá.
«Creo que este comité ha sido creado solamente como un ejercicio de relaciones públicas», dijo la actriz canadiense.
Kirshner también anunció que se negó a formar parte de un nuevo comité creado por ACTRA para tratar el tema del abuso sexual en la industria y en su lugar ha participado en la creación de un grupo llamado #AfterMeToo para impulsar el cambio. Su grupo llevará a cabo un simposio en Toronto el 5 y 6 de diciembre.
Para Kendrie Upton, directora ejecutiva del Gremio de Directores de Canadá, la reunión fue un encuentro inspirador.
«Las discusiones fueron intensas y emocionante y creo que hay mucho trabajo por hacer, y queremos hacerlo bien desde el principio», señaló Kendrie Upton.
EscucheFuentes CBC / RCI
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