Compañía canadiense crea una estructura parecida a un corazón con células madre para probar nuevos fármacos
A principios de diciembre se cumplieron 50 años del primer trasplante de corazón en el mundo. La hazaña médica tuvo lugar el domingo 3 de diciembre de 1967 en Sudáfrica, cuando el cirujano Christian Barnard implantó el corazón de una joven de 25 años con muerte cerebral a un hombre de 53 años con una grave afección cardíaca. El paciente murió 18 días después, por una neumonía causada por la debilidad inmunológica en la que se encontraba. La autopsia reveló que su nuevo corazón estaba en perfecto estado.
En esos cinco decenios, las investigaciones respecto al corazón avanzaron a pasos de gigante..
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En la actualidad, los investigadores en biotecnología están dominando técnicas que les permiten cultivar corazones humanos en miniatura en sus laboratorios.
Todavía están muy lejos de ser útiles como trasplantes. Pero la tecnología está permitiendo grandes avances en la medicina. La tecnología ‘Heart-in-a-jar’ (corazón en un frasco) tiene el potencial de ahorrar miles de millones a las compañías farmacéuticas
Latiendo rítmicamente y suspendidas en un frasco, pequeñas estructuras parecidas a un corazón hechas de células madre son la última innovación para las pruebas de medicamentos, tecnología que tiene el potencial de ahorrar dinero a las compañías farmacéuticas. Están desarrolladas por la empresa de biotecnología Novoheart Ltd., con respaldo canadiense, que espera revolucionar la forma en que las drogas llegan al mercado.
Lo primero que le dice la gente a Kevin Costa, cofundador de la compañía, cuando ve el corazón en acción, es: «Wow, está latiendo! … realmente funciona como un corazón».
Él dice que la tecnología Novoheart es diferente de otros métodos de prueba derivados de células madre debido a la estructura tridimensional del «Heart-in-a-jar» de su compañía.
«De hecho, podemos medir la cámara hueca que está bombeando, para poder controlar cuánta presión está generando el órgano, como la presión sanguínea».
“Podemos medir qué tan rápido está latiendo, como la frecuencia cardíaca», dice.

«Usamos una combinación de células madre y tejidos diseñados para crear músculo cardíaco humano para pruebas de drogas y desarrollo de fármacos».
Eso es importante porque muchas drogas fallan. Cuestan miles de millones de dólares. A menudo porque son tóxicas para el corazón humano.
Una tecnología como esta tiene el potencial de ahorrar a las compañías farmacéuticas miles de millones porque el proceso de llevar un medicamento a través del proceso de descubrimiento es «largo y costoso», dice Costa. «Hace falta aproximadamente una década y un par de miles de millones de dólares en los Estados Unidos para llevar un medicamento desde su concepto inicial a ensayos clínicos».
La mayoría de las drogas nunca pasan las pruebas, a menudo porque son tóxicas para el corazón humano. Es un problema que es difícil de descubrir cuando se prueba en animales y puede permanecer sin descubrir hasta bien entrada la fase de prueba en humanos.

Esto podría ayudar a cambiar ese estado de las cosas eliminando las drogas que causarán problemas a las células del corazón humano al inicio del proceso.
«Lo que nos gusta hacer antes en este proceso es ser capaces de probar medicamentos -compuestos de prueba- en el músculo cardíaco humano», dice Costa.
Novoheart dice que tiene compañías farmacéuticas interesadas en su tecnología, pero las regulaciones de seguridad impiden que la empresa las divulgue hasta que se haya presentado la documentación correspondiente ante el regulador de seguridades.
Hacer las válvulas cardíacas, dice el ingeniero de biotecnología de Novoheart Eugene Lee, es un proceso de varios pasos, pero «comienza con la toma de células sanguíneas».
En el laboratorio, las células sanguíneas se reprograman genéticamente en células madre. Esas son luego manipuladas en las células del corazón, que son colocadas por millones en un molde.
«Las células forman una especie de solución tipo Jell-O», dice Lee «y con el tiempo se reorganizarán y se apretujarán o compactarán cerca de la cosa más cercana. Y tomará la forma del molde interno».

Un segmento industrial de mucho interés
Recientemente, Novoheart fue incluida en la TSX Venture Exchange y recibió respaldo financiero de inversionistas canadienses.
El inversionista de Vancouver, Darren Devine respalda a la compañía, y ahora cotiza en la bolsa.
«Creo que es un segmento industrial muy actual y relevante», dice Darren Devine de CDM Capital Partners, que tiene participación en la compañía. CDM invirtió en Novoheart porque cree que a las empresas les gusta inmiscuirse en la industria farmacéutica.
En la industria de células madre, ajustar la investigación en oportunidades prácticas ha sido un problema, dice Devine.
«Lo que los inversores están viendo ahora es cómo tomar este experimento científico y convertirlo en una oportunidad comercial».
Para sobrevivir, dice que las empresas necesitan demostrar que pueden obtener contratos grandes y sostenibles de compañías farmacéuticas que tendrán valor comercial a largo plazo.
El corazón en un chip
La compañía Novoheart no está sola cuando se trata de usar tejido derivado de células madre para pruebas de drogas.
La profesora de la Universidad de Toronto, Milica Radisic tiene su propia empresa de biotecnología TARA Biosystems y creó algo llamado «corazón en un chip» y dice que las posibilidades son infinitas.
«Se puede hacer tejido de cualquier persona», dice Radisic, y el uso de las células madre de una persona puede crear células cardíacas para pacientes con ciertas enfermedades. «Puedes usarlas para construir tejidos y probar medicamentos».

Todo lo cual puede permitir probar medicamentos en pacientes específicos y esencialmente personalizar las pruebas de detección de drogas.
«Inicialmente, cuando comenzamos con esto, debo decir que las compañías farmacéuticas eran escépticas», dice.
Pero las cosas han cambiado: «Ahora la pregunta que nos hacen es: ‘¿Cuál es su rendimiento? ¿Cuál es su tiempo de respuesta? Si le enviamos algo, ¿con qué rapidez puede entregarlo?'».
Las personas ajenas a la comunidad científica a menudo encuentran que el tipo de tecnología que tiene lugar en Novoheart es algo parecido a un rompecabezas. Pero a pesar de que aún se encuentra en las primeras etapas y es futurista por naturaleza, es algo que ya está llamando la atención mundial.
«Una gran empresa farmacéutica puede tener uno, tal vez dos medicamentos aprobados por año», y Radisic dice que esta tecnología debería cambiar eso.
«Hay una gran necesidad si piensas en las enfermedades que aún no se curan».
Y a pesar de que aún se encuentra en las primeras etapas y es futurista por naturaleza, esta tecnología ya está llamando la atención de los inversores y la industria farmacéutica mundial.
CBC/Renée Filippone, RCI
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