Niña frente a muñecas Barbie en una juguetería

Niña frente a muñecas Barbie en una juguetería
Photo Credit: Paul Sakuma/Associated Press

Cuidado con regalar juguetes que fomentan estereotipos de género

Todos perdemos cuando dejamos en manos de las empresas comerciales las maneras en las que juegan nuestros hijos, dice un editorial del periódico canadiense Toronto Star con ocasión de las fiestas de navidad en las que abundan los regalos para los niños.

Si se les deja solos, ¿querrían las niñas jugar con muñecas y los niños con camiones? ¿Y qué significa para su futuro la elección de los juguetes con los que juegan nuestros niños?

En momentos en que los padres acuden en masa a los centros comerciales a comprar juguetes, con motivo de la navidad, estas preguntas aparentemente académicas pueden no ser las más importantes. Pero vale la pena considerarlas, ya que la forma en que juegan nuestros niños les ayudará a formarse como las personas que serán en el futuro.

De acuerdo a los más recientes informes, como nunca en el pasado los vendedores minoristas comercializan actualmente los juguetes en base al género: juegos de té y coronas de reina para las niñas, pistolas de juguete y camiones de bomberos para los niños.

Personajes de cine de animación que inspiraron la creación de juguetes para niños.
Personajes de cine de animación que inspiraron la creación de juguetes para niños. © CBC

Esta es una tendencia creciente que produce importantes beneficios comerciales, pero que en los últimos años ha provocado una reacción negativa por parte de madres y padres preocupados por el hecho de que tales prácticas de mercadeo acaban reforzando estereotipos de género dañinos que muchos creían que habían quedado atrás.

Como era de esperarse, la reacción contra los juguetes que fomentan los estereotipos de género ha provocado a su vez otra reacción, que condena a los comerciantes minoristas por haber capitulado a una supuesta rectitud política y por ser partícipes de un ataque a las diferencias de género «naturales».

Las evidencias muestran que la tendencia hacia la comercialización de juguetes basada en el género tiene consecuencias perversas, influyendo y limitando las preferencias y aspiraciones de nuestros hijos en lugar de simplemente reflejarlas, como a menudo afirman los defensores del status quo.

Por ejemplo, una serie de estudios han demostrado que los niños en edad preescolar no tienen una preferencia mayor que las niñas de querer jugar con autos de juguete. Sólo una vez que los niños aprenden que «se supone» que tienen que gustarles los camiones, y las niñas aprenden que no tiene que gustarles jugar con esos mismos camiones de juguete es que aparecen las preferencias basadas en el género.

Los vendedores comercializan los juguetes en base al género.
Los vendedores comercializan los juguetes en base al género. © Radio-Canada

Esto no es un asunto trivial. Un estudio reciente demostró que las preferencias de los niños a la hora de jugar tienen implicaciones a largo plazo para sus carreras. Los niños que jugaban con juguetes tradicionalmente masculinos eran más propensos a terminar en carreras tradicionalmente masculinas, con salarios más altos.

No hay nada de malo en que las niñas jueguen a ser anfitrionas a una fiesta donde se toma el té o que los chicos jueguen a ser superhéroes, esto a menos de que se les impongan estas elecciones y se cierren otras opciones de juego.

Es comprensible que muchos padres se muestren renuentes a negarles a sus hijos lo que ellos quieren como juguete o a alentarles a jugar de manera que pueda acarrearles un costo social.

Claramente, las madres y los padres no tienen el camino fácil. Pero todos perdemos cuando entregamos al mercado las decisiones que les corresponden a los padres en la crianza de los hijos y dejamos que las decisiones sobre cómo juegan nuestros hijos las tomen las compañías privadas.

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Categorías: Sociedad
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