En nuestro reportaje sobre la desproporcionada desigualdad de los salarios entre los trabajadores y altos ejecutivos canadienses, una mujer residente en la ciudad de Windsor, Ontario, decía que el aumento del salario mínimo en esa provincia, que pasó de $11.60 a 14.00 dólares la hora a partir del primero de enero de este año, a final de cuentas no ayudaba mucho porque todo aumenta al mismo tiempo.
Es más, ella teme que este aumento haga perder su empleo a mucha gente que trabaja a salario mínimo porque los pequeños comercios no podrán pagarles el sueldo o les reducirán el número de horas trabajadas.
EscuchePues bien, 4 analistas del Banco de Canadá, publicaron a fin de año un informe en el que afirman categóricamente que el aumento del salario mínimo, tal como está previsto en varias provincias canadienses, aunque de alguna forma tenga un impacto positivo en los ingresos del trabajo, provocará a nivel nacional una pérdida de 60.000 empleos, de aquí al 2019.

Según los analistas del Banco de Canadá, el consumo disminuiría porque un aumento de la inflación se traduciría por un leve aumento de las tasas de interés, lo cual contra balancearía ampliamente el aumento de los ingresos del trabajo. Ellos afirman que “el aumento del salario mínimo podría tener efectos a largo plazo debido a la automatización de los empleos, la ganancia en productividad o de evolución de los índices de actividad, pero esos efectos pueden ser tanto positivos como negativos”.
Aquí en la provincia de Quebec, el salario mínimo actual es de $11.25 y a partir del primero de mayo de 2018 pasará a $11.75 la hora. Un aumento que no es suficiente según Daniel Boyer, presidente de la Federación de Trabajadores de Quebec, una de las más importantes centrales sindicales de la provincia. El jefe sindical afirma que Quebec debería inspirarse de Columbia Británica, Alberta y Ontario y establecer su salario mínimo a $15.00 dólares la hora. Pero ¿Qué pasaría si se aumentara a $15:00 dólares la hora? Eve-Lyne Couturier, es economista e investigadora en el Instituto de Investigación e Información Socioeconómicas, IRIS, de Quebec.
Cabe señalar aquí que Pierre Fortin es un reconocido economista, profesor emérito de Economía en la Universidad de Quebec en Montreal, que había declarado el año pasado que un aumento del salario mínimo a $15 dólares la hora en Quebec tendría el impacto de una “bomba atómica” y provocaría la pérdida de 100.000 empleos en la provincia.

En consecuencia, dice la economista Eve-Lyne Couturier, cuando se hace este tipo de investigación, aún los economistas más rigurosos llegan a cifras completamente diferentes porque siempre existe mucha incertidumbre.
Otro elemento que hay que tener en cuenta es el salario viable, dice la economista del IRIS. De cuánto se debería aumentar el salario mínimo para que una persona que trabaja a tiempo completo pueda responder a sus necesidades en términos de vivienda, transporte, ropa, etc. y para poder economizar un poco porque siempre hay imprevistos. En Quebec es alrededor de $ 15 dólares la hora, pero en Toronto es de $ 18.52, entonces los $15 dólares la hora no es un salario viable en esa ciudad. El ejercicio es complejo y hay mucho trabajo que hacer y que se puede relacionar claro está, con los salarios desproporcionados de los altos ejecutivos.

Una situación paradójica se produce aquí, porque en la actualidad las empresas se quejan porque hay una escasez de mano de obra en Canadá y Quebec, pero al mismo tiempo las mismas empresas se oponen a un aumento del salario mínimo. La economista Eve-Lyne Couturier.
Porque cuando se habla de aumentar el salario mínimo se aumenta también la retención de personal, la productividad y la calificación de los empleados porque tienen más dinero para pagar los estudios y para participar en la economía.
Sí, se habla de 60.000 empleos que se perderán pero hay que poner al lado también los 500.000 o más empleos que se crearon en 2017. El Banco TD también hizo un estudio y no habla de pérdida de empleo, sino de disminución de creación de empleos.
EscucheAdemás, el Banco TD reconoce el valor de tener empleados mejor pagados y hacer que la ganancia de la productividad sea mejor compartida. Seguro que esto significa menos dinero en los bolsillos de los altos ejecutivos, que de todas formas representan sumas exageradamente desproporcionadas, concluye Eve-Lyne Couturier, economista e investigadora en el Instituto de Investigación e Información Socioeconómicas, de Quebec, IRIS por sus siglas en francés.
Alain Gravel entrevistó a Eve-Lyne Couturier/Banco de Montreal/Internet
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