Hay empresas y comercios que, con el tiempo, se convierten en verdaderas instituciones en la cultura popular canadiense. Cuando una cadena de tiendas con 65 años de historia cierra sus puertas, esto deja un vacío en aquellas ciudades y pequeñas localidades donde tenía sucursales.
Esto es lo que ocurrió el pasado domingo 14 de enero con la cadena canadiense de tiendas Sears, que nació de una asociación en 1952 entre la cadena de grandes almacenes Simpsons Limited de Toronto y Sears Roebuck Co. de Chicago, llamándose primero Simpsons-Sears
Inicialmente, la nueva compañía comenzó siendo una empresa canadiense de ventas por catálogo en 1952, ofreciendo artículos para el hogar y de moda. Vendían todo tipo de productos, desde la ropa hasta muebles y electrodomésticos, utilizando para ello los servicios de correo.
“Generaciones de niños canadienses soñaron con sus juguetes mirando el catálogo navideño de Sears mientras sus padres elegían colchones y electrodomésticos, y esto durante décadas”, dice el periódico canadiense Toronto Star al dar cuenta de la desaparición de otra cadena de tiendas en el mundo comercial canadiense.
Con sede en Toronto, esta compañía abrió una primera gran tienda en Stratford, en la provincia de Ontario, el 17 de septiembre de 1953. A esa primera tienda le siguió una segunda en Kamloops, en la provincia de Columbia Británica, en el Pacífico canadiense.
El grado de penetración de esta compañía fue formidable en todo Canadá, ya que además de vender productos gracias a su célebre catálogo de unas 500 páginas que era enviado por correo a todo el país, Sears había desarrollado una variedad de tipos de comercio.
Al momento de pedir la protección a las autoridades canadienses ante una inminente bancarrota en junio de 2017, Sears Canada tenía 74 grandes almacenes de línea completa, 8 tiendas Sears Home y 49 tiendas de distribución en los mercados más pequeños del país.
Señalando que ya no podía continuar operando sin una nueva fuente de financiamiento Sears Canadá, que tenía más de 12.000 empleados, optó por cerrar sus puertas en 2017, comenzando en octubre con una venta de liquidación y que acabó el pasado domingo 14 de enero de 2018.

La desaparición de este tipo de comercios, que recuerda la desaparición de otro gigante canadiense, la cadena Eaton’s, que cerró sus puertas en 1999 después de 130 años de existencia, es prueba de los cambios en las formas de consumir de los canadienses.
En 1998, Sears Canada lanzó su sitio web de comercio electrónico, convirtiéndose en una de las primeras cadenas de tiendas en Canadá en hacerlo.
Al final, fue justamente el advenimiento del comercio electrónico lo que le dio la estocada final a Sears Canada, que fue una tradición comercial de más de 60 años en el país. Eso es lo que dice el consultor en comercio al detalle, John Williams.
«Lo interesante de la industria de la venta al detalle es ese gorila de 400 kilos, la compañía de comercio electrónico Amazon, a la que le sigue otro gorila, Ali Baba, una empresa china. Estos son los gigantes que están ganando el control del comercio electrónico a una velocidad impresionante.»
John Williams, consultor en comercio al detalle.
Pero el comercio electrónico no fue el único responsable de la desaparición de Sears Canada. Voces críticas señalaron que fue la decisión de los principales accionistas de Sears de embolsillar utilidades en lugar de invertir en la empresa lo que causó su hundimiento.
La periodista Hollie Shaw, del Financial Post, escribe que “muchos analistas de la industria dicen que la situación de Sears empeoró después de que el multimillonario inversionista en fondos especulativos, Eddie Lampert y su compañía ESL Investments Inc. ganaron el control de la empresa Kmart en 2003 y la fusionaron con Sears Roebuck en 2005 para crear Sears Holdings Ltd., una empresa de inversión de alto riesgo.

Para 2014, Sears Holdings tenía una participación del 51 por ciento en Sears, que Lampert compró directamente y a través de ESL. Más recientemente, su participación se situaba en torno al 45,3%.
Los analistas criticaron el que Sears Canada no haya invertido significativamente en su negocio durante la última década, pese a que llegó a amasar cientos de millones de dólares tras la venta de activos incluyendo la venta de sus arrendamientos a los propietarios en mercados de alto valor inmobiliario.
Los observadores también cuestionaron la decisión de Sears Canadá de pagar 600 millones de dólares en dividendos especiales a sus accionistas en 2012 y 2013, una medida que benefició significativamente a la compañía ESL del especulador Lampert.
El resultado es que Sears cerró sus puertas debido a la bancarrota, mientras que el fondo de jubilación de esa empresa, del que dependen unos 18.000 jubilados y beneficiarios, registra un déficit de unos 270 millones de dólares.
Escuche
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.