La marihuna recreativa libre lejos de un aceptación fácil. Foto: GettyImages.

Marihuana recreativa: propietarios de viviendas en Toronto en pie de guerra

La liberalización del consumo recreativo de la marihuana, previsto para mediados del presente año sigue generando adhesiones, pero también preguntas, dudas, reclamos y rechazos.

Al pedido de numerosos intendentes, en las últimas semanas, de poder contar con el poder necesario para reglamentar el consumo de ese producto en sus localidades, se suma ahora una movida de los propietarios de viviendas destinadas al alquiler en Ontario, que no ven con buenos ojos que sus inquilinos puedan fumar dentro de sus unidades.

Viendas de alquiler: ¿espacio privado o público? THE CANADIAN PRESS/AP/Elaine Thompson

En efecto, los dueños de los inmuebles quieren tener el derecho de prohibir el consumo recreativo de marihuana en sus propiedades, modalidad que será legal a partir del 1 de julio próximo, cuando entrará en vigencia una disposición federal.

Por su lado, algunos consumidores ya han manifestado su preocupación, ya que de reconocérsele a los dueños de los inmuebles el derecho a negarles un contrato de alquiler, sus opciones para acceder a una vivienda se verían restringidas de manera importante.

No todo es blanco o negro

Si bien en su momento el anuncio del gobierno federal para despenalizar el consumo recreativo de la droga fue bien recibido por diversos sectores, que calificaron el anuncio como una muestra de políticas de amplitud y tolerancia, no tardaron en aparecer preocupaciones expresadas por diversos sectores menos optimistas ante el anuncio.

Una señal de prohibición de fumar cigarrillos en una parada de autobús de Toronto. REUTERS/Chris Helgren

De hecho, recientemente se instauró un debate que contrapuso la presunta contradicción entre el uso abierto e ilimitado del consumo recreativo de marihuana por un lado, con las limitaciones que existen, cada vez más estrictas y exigentes, para fumar tabaco en los lugares públicos.

Quienes adhieren a esta última postura sostienen que es un contrasentido permitir fumar marihuana en los mismos sitios en los que está vedado encender un cigarrillo.

Alcances y límites a definir

En el caso de la provincia de Ontario, sus autoridades se han mostrado partidarias de prohibir fumar el cannabis en espacios públicos, como por ejemplo los parques y restaurantes, como también en los lugares de trabajo.

Dicha limitación tiene como objetivo impedir que los fumadores impongan a los no fumadores el consumo involuntario de sus sustancias, al igual de lo que ocurre con el tabaco en cualquiera de sus formas, cuyo uso no está penado por la ley, pero si es restringido en espacios en los que otras personas pueden no tener ningún interés en verse afectadas por el humo y olor resultantes.

En referencia a las viviendas, se trata en efecto de espacios privados, pero cuando estas se destinan a la renta, se convierten en bienes de uso público.

Los dueños de esas unidades temen que una vez que permitan a un inquilino consumir marihuana dentro de las cuatro paredes de su unidad, la misma podría quedar dañada en sus posibilidades de renta por parte de quienes no sean consumidores. El olor a marihuana impregnado en los muros haría que algunas personas no se interesen en habitar la vivienda en cuestión, haciendo que el propietario tenga menos posibilidades de mantenerla ocupada y obtener la ganancia resultante.

Hay quienes piensan que a Ottawa sólo le interesa el cobro de impuestos que generará el comercio libre de la sustancia. AP Photo/Noah Berger

Equívocos a evitar

Otro de los temores recurrentes se refiere a la posibilidad de que los dueños, a partir de las nuevas normas, decidan cambiar las condiciones de un contrato de alquiler, para evitar que su inquilino pueda consumir marihuana dentro del inmueble.

En el caso de los contratos en curso esa posibilidad es inexistente, porque las normas que rigen el mercado inmobiliario de alquiler impiden modificar los términos de un acuerdo de renta antes que el mismo expire.

Vale decir, dicha situación quedaría relegada a los contratos nuevos, en cuyo caso el propietario sí podría incluir una cláusula restrictiva.

Zonas libres

Las autoridades de Ontario están requiriendo la opinión del público para tomar una decisión respecto a la propuesta de instituir espacios comunes, en los edificios de varias viviendas, en donde los ocupantes podrían fumar libremente, sin temor a infligir ninguna norma ni molestar a sus vecinos.

Así como numerosos edificios cuentan con espacios dedicados, por ejemplo, a la realización de fiestas, la existencia de salones destinados a fumar podría ser una solución simple y efectiva a la hora de evitar conflictos.

En el caso de Montreal, la prohibición de fumar en espacios públicos rige desde mediados de 2016. THE CANADIAN PRESS/Paul Chiasson

Categorías: Economía, Salud, Sociedad
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