En las sociedades occidentales, como la quebequense por ejemplo, donde la tasa de natalidad ha disminuido considerablemente con el correr del tiempo y donde el envejecimiento de la población en general es notable, un debate de sociedad se ha impuesto en los últimos tiempos y más particularmente en los últimos días.
El domingo 4 de febrero pasado, en el estacionamiento de un centro comercial en el oeste de la ciudad de Montreal, una mujer y su niño fueron atropellados por un automovilista de 90 años. La mujer perdió la vida y el niño resultó herido pero sobrevivió a sus heridas.
EscucheEl debate gira alrededor del tema, a saber si las autoridades son los suficientemente exigentes y severas en la detección de las personas mayores que no están más aptas a conducir sus vehículos.
La realidad es que la población sigue envejeciendo y dentro de 10 años, en el 2028, habrá más de un millón y medio de ancianos quebequenses que van a manejar sus carros. Aunque no se conozcan todas las circunstancias del accidente que costó la vida a esta madre de familia, suele suceder cada vez con más frecuencia que los conductores implicados en accidentes sean personas de edad, a veces ancianos bien avanzados en la edad.
Marguerite Blais fue ministra responsable de los ancianos en la provincia de Quebec. A su parecer, las autoridades deberían ser más exigentes para detectar a las personas que no son más aptas a manejar, cuando se sabe que hay más de 10.000 conductores mayores de 90 años en las calles y carreteras.
Marguerite Blais dice que a cierta edad deberíamos darnos cuenta que es mejor conducir durante el día y no durante la noche. Muchas personas encuentran difícil conducir de noche y hay que aceptar que es mejor evitar de hacerlo.

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Los gobiernos pueden comenzar a sensibilizar a los mayores que en un momento dado es mejor tomar el transporte en común. Y crear servicios para compartir vehículos, en el que conductores voluntarios pueden transportar a las personas que no puedan desplazarse. Pero Marguerite Blais afirma que esto no quiere decir que todas las personas mayores no pueden manejar sus carros y que también hay jóvenes implicados en los accidentes.

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Hay que trabajar con todos los organismos que se preocupan por el envejecimiento para encontrar las soluciones. Pero para Marguerite Blais está claro que en el futuro habrá que ser muchísimo más rigurosos para cerciorarse que las personas mayores son verdaderamente capaces de conducir.
Aunque no siempre son situaciones evidentes, porque las personas no quieren aceptar el hecho que el envejecimiento comienza a limitarlos en sus desplazamientos. Es la constatación que estamos en pérdida de autonomía y cuando nos suceda a nosotros mismos, encontraremos difícil decidirnos a dejar de manejar.
EscucheDesafortunadamente no todo el mundo vive en las grandes aglomeraciones donde se puede recurrir al transporte en común. Pero el hecho es que Quebec es una sociedad que envejece y que las organizaciones tienen que estar preparadas para poder ayudar a todas esas personas en pérdida de autonomía a desplazarse.
Alain Gravel entrevistó a Marguerite Blais
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