El acoso cibernético, especialmente entre niños y adolescentes, es un problema cada vez mayor, tanto en alcance como en gravedad. Apenas el año pasado, Estadísticas Canadá estimó que más de 1 millón de jóvenes canadienses fueron víctimas de acoso cibernético o ciberacoso. Si bien este tema obtiene mucha atención, tanto en términos de conciencia pública como del sistema legal, parece estar surgiendo otra nueva tendencia inquietante: la autolesión digital.
Un nuevo estudio sugiere que cada vez más adolescentes van en línea a acosarse a sí mismos.
El estudio, realizado por investigadores de la Florida Atlantic University en colaboración con la Universidad de Wisconsin-Eau Claire, parece ser el primero de este tipo en descubrir la prevalencia de este problema. Los investigadores entrevistaron a 5.593 participantes entre las edades de 12 y 17 años, todos seleccionados por ser representativos de la población adolescente de los Estados Unidos. Además de que se les preguntara si y con qué frecuencia se autolesionan digitalmente, también se les pidió a los participantes que describieran por qué se involucraban en dicho comportamiento.
De todos los participantes, el 6% admitió haber incurrido en conductas autodestructivas digitales, definidas aquí como «publicación anónima en línea, envío o intercambio de contenido hiriente sobre uno mismo». De ese grupo, el 13.2% reveló que se involucraron en dicho comportamiento muchas veces, el 35.5% dijo que se autolesionó digitalmente solo unas pocas veces, y el 51.3% admitió haberlo hecho solo una vez.
En cuanto a por qué estas personas se autolesionaron digitalmente, los encuestados a menudo citaron síntomas de depresión: querer atención, auto desprecio, pensamientos suicidas e incluso como un intento de bromear. Mientras que los adolescentes varones eran un poco más propensos a autolesionarse digitalmente que las mujeres, el razonamiento de cada uno era más dicotómico.
Los síntomas de la depresión incluyen sentirse triste o tener problemas para dormir. (Shutterstock)
Diferencias entre varones y mujeres
Los jóvenes describían con mayor frecuencia sus acciones como un medio de llamar la atención o para hacer una broma, mientras que las mujeres explicaban que lo hacían debido a problemas psicológicos y estados depresivos.
Los encuestados que se identificaron como no heterosexuales tenían tres veces más probabilidades de autolesionarse digitalmente que aquellos que se identificaron como heterosexuales. Otros factores de aceleración en aquellos que cometieron autolesión digital incluyeron autolesionarse (como cortes), uso de drogas, desviación y síntomas depresivos.
Los investigadores citan la correlación entre los estados depresivos, los pensamientos suicidas y la autolesión digital como una razón importante por la cual este comportamiento debe tomarse tan en serio: podría tratarse de un síntoma de un problema más crítico.
El hecho de que a menudo sea un llamado de ayuda es frustrante debido a la naturaleza indirecta y encubierta del comportamiento, lo que hace que sea más difícil de detectar.
11% de los canadienses de entre 15 y 24 años con depresión: un informe de Estadísticas Canadá
Un informe de Estadísticas Canadá dice que casi uno de cada cinco canadienses jóvenes, cerca de 1,1 millones de personas, ha sido víctima de acoso cibernético o ciberacoso. (Associated Press)
Un estudio a principios del año pasado identificó al 11% de los canadienses entre las edades de 15 y 24 años con un comportamiento comúnmente asociado con la depresión (lo que lo convierte en el grupo de mayor riesgo). Aún más alarmante es que los adolescentes y los adultos jóvenes tienen las tasas más altas de intentos de suicidio en Canadá y, sin embargo, tienen el menor acceso a servicios de salud beneficiosos.
Los psiquiatras creen además que es la prevalencia de la conexión y el tono a menudo negativo de las redes sociales entre los jóvenes canadienses lo que los dejan ampliamente expuestos al estrés y la ansiedad.
Si bien el nuevo estudio, agregado a esta lista de hallazgos, puede parecer sombrío, podría también poner al descubierto los pedidos de ayuda menos evidentes y presentar otra vía para la detección temprana.
La autora del informe Leanne Findlay, le dijo al radiodifusor público CBC/Radio Canadá que los jóvenes en el estudio tenían más probabilidades de recurrir a amigos o familiares, y cuando lo hicieron, en general sintieron que recibieron mucho o algo de ayuda.
Factores como la capacidad percibida para lidiar con el estrés y las «interacciones sociales negativas», por ejemplo, sentir que otros estaban enojados contigo, estaban relacionados con la depresión y los pensamientos suicidas.
Los síntomas de la depresión incluyen sentirse triste o tener problemas para dormir.
«El conocimiento de estos factores de riesgo y de protección puede facilitar la intervención temprana», concluyó Findlay.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.