De cómo convertir el invierno en una herramienta de integración y aprendizaje del francés en Quebec

“Bueno, lo que más me gustó del grupo como tal de Adrienne es que todas las personas que van son muy amigables. Encuentras personas de todas las nacionalidades. De aquí y de cualquier nacionalidad, que hablan cualquier lengua, pero las lenguas base son inglés y francés. Adrienne nos guiaba con las actividades de invierno que íbamos a hacer. Fuimos paso a paso y nos iniciamos en el esquí, que me parecía el más complicado” Nicolás Ortiz Bernal.  

Nicolás Ortíz Bernal, tiene 35 años y llegó a Canadá con su esposa hace 3 años como inmigrante recibido en el marco del programa de trabajadores calificados. Nicolás es actuario y antes de inmigrar a Canadá, en su Bogotá natal trabajaba como actuario en una empresa de seguros. Antes de inmigrar, su única experiencia de vida fuera de Colombia, fueron unos 6 meses que vivió en Londres, Inglaterra. “No es tan fría como Canadá, pero es bastante gris”. Para su fortuna estuvo allí durante el verano londinense.

Lo que lo trajo a este país era la atracción por vivir una experiencia fuera de Colombia. Y al mismo tiempo para estudiar, porque en Montreal hay algunas universidades que le interesaban. En esta ciudad están viviendo desde octubre de 2014, donde llegaron directamente desde Bogotá.

Hoy con el desarrollo de las nuevas tecnologías y gracias a su oficio, Nicolás se puede permitir trabajar con dos compañías que están ubicadas en dos países diferentes. Lo cual le permite también manejar su tiempo como quiera y eso en la actualidad a él le conviene. Él recibe y envía sus archivos por internet.

De acuerdo con mi propia experiencia personal y después de haber vivido más de 42 años en este país, me he podido dar cuenta que uno de los desafíos más importantes que enfrentan los inmigrantes que vienen de países tropicales es el invierno.

Grupo participando a una actividad de la Asociación Recreativa Milton-Parc. (Facebook Plein Air Interculturel)

Y justamente el invierno es un período del año que podríamos calificar de bastante largo y si no te organizas para hacer alguna actividad invernal, te puedes eventualmente deprimir y empezar a lamentar la decisión de haber escogido a este país para vivir.

Pero, Nicolás contó con la suerte de conocer a alguien que lo puso en contacto con la Asociación Recreativa Milton-Parc, que tiene un programa recreativo en el que al mismo tiempo que enseñan el francés a los inmigrantes, los llevan a hacer actividades invernales. No se trata de irse a sentar en un banco de escuela para estudiar el idioma. No. Todo lo contrario.

Los estudiantes tienen que calzar sus botas, esquíes, raquetas y otros dispositivos de recreación invernal, salir al aire libre y al mismo tiempo que aprenden la lengua, aprenden también los deportes invernales de este país y los rudimentos del invierno quebequense y canadiense. Así comprenden mejor la lengua y la cultura al mismo tiempo que respiran el aire libre.

Cortesía de Adrienne Blattel

Las actividades de la Asociación Recreativa Milton-Parc son una herramienta de integración a la sociedad quebequense.  Y además, les permite salir al campo y al aire libre durante el invierno, sino durante el verano también.

Hasta el momento unos 3.000 inmigrantes han participado en este programa y en sus paseos educativos, dice Adrienne Blattel, la responsable del programa. Pablo Gómez Barrios conversó con el colombiano, Nicolás Ortíz Bernal sobre su experiencia de inmigración y del invierno quebequense.