Saad Hariri, primer ministro de Líbano regresó el martes por la noche a Arabia Saudita por primera vez desde su renuncia sorpresa -anunciada mientras se encontraba en ese país el mes de noviembre pasado- que provocó una crisis política mayor en el país de los cedros.
Las autoridades libanesas declararon en ese momento que Arabia Saudita había acorralado a Saad Hariri obligándolo a renunciar y lo había asignado a residencia vigilada. El reino saudí habría perdido paciencia frente a su política de reconciliación con el Hezbolah, organización chiíta libanesa apoyada por Irán.
Después de una intervención de Francia, Saad Hariri pudo regresar a Beirut y suspendió su renuncia, poniendo fin así a una crisis política que amenazaba la estabilidad del país, poniéndolo en medio del enfrentamiento entre Arabia Saudita e Irán.
Ek rey Salman de Arabia Saudita. (Photo credit should read JOSEPH BARRAK/AFP/Getty Images)
Saad Hariri, en cuya coalición de gobierno se encuentra el Hezbolah, viajó anoche a Ryad después de una invitación del rey Salman, que le entregó el lunes en Beirut un emisario saudí.
El Primer ministro libanés fue recibido por el rey Salman durante su visita y discutió con él sobre las relaciones Líbano-sauditas, informa la agencia de prensas saudita SPA. Se pudo ver a los dos dirigentes sonrientes y bebiendo café juntos durante su encuentro en el palacio real de Al Yamama.
El ministro saudí del Interior, el príncipe Abdulaziz ben Naïef y el ministro de Relaciones Exteriores, Adel Yubeir, participaron en el encuentro, pero SPA no precisa si el príncipe heredero, Mohamed ben Salman, estaba presente.
Una fuente cercana al Primer ministro libanés afirma que es evidente que la manera de ver El Líbano cambió en Arabia Saudita y que ellos le decían a Hariri que porque tenía un acuerdo con el presidente libanés Michel Aoun y que el Hezbolah formaba parte del gobierno, él debía renunciar.
RCI/Reuters/sd/ef
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