En un nuevo revés para el presidente de Brasil, Michel Temer, la Corte Suprema de ese país autorizó el levantamiento del secreto bancario sobre las cuentas del mandatario, señalado por diversos sectores como responsable de corrupción.
El juez Luis Roberto Barroso dictó la medida en el marco de una investigación de un presunto fraude, en relación con un contrato portuario impulsado por el presidente. Según las versiones, Temer habría favorecido a determinadas empresas para que consiguieran contratos del sector, a cambio de aportes financieros destinados a solventar la campaña electoral.

El mandatario ya había sido vinculado con corrupción en Petrobras, la mayor empresa energética de Brasil. REUTERS/Paulo Whitaker.
Temer se encuentra bajo una ola de críticas y sospechas, a partir de la difusión de declaraciones de empresarios detenidos por el escándalo de la constructora Odebrecht, que habría pagado sobornos a mandatarios y dirigentes políticos en varios países de la región, como forma de asegurarse contratos de obras por valor de varios millones de dólares.
Según las versiones, el presidente brasileño habría no sólo dado su aval al cobro de los favores intercambiados con la constructora, sino que habría tenido participación directa en algunas de las negociaciones.
El titular del Planalto logró bloquear la intención de la Fiscalía General de Brasil de abrir una investigación en su contra, gracias al apoyo que le brindó el parlamento. La constitución brasileña no permite acusar a un presidente si la moción no logra el apoyo de al menos dos tercios de la Cámara de Diputados.
En tal sentido, Temer puede depositar su confianza en su intento por eludir el accionar judicial, ya que varios de los implicados en el escándalo por corrupción son actualmente integrantes de la Cámara Baja.

El parlamento brasileño constituye el principal sustento político de Temer. REUTERS/Ueslei Marcelino.
Las revelaciones conocidas tiempo atrás, en el marco de la causa Odebrecht, sostienen que Temer había aceptado recibir sobornos por cerca de 3 millones de dólares estadounidenses, para financiar a su fuerza política, a cambio de la concesión de contratos a la empresa.
La decisión del juez Barroso fue respondida por el mandatario diciendo que permitirá que el estado de sus cuentas bancarias sea investigado sin ninguna limitación.
Si bien la Corte Suprema no puede contradecir las disposiciones constitucionales, con lo que quedaría anulada la posibilidad de una acusación formal contra Temer, la misma agrega más presión sobre la discutida figura del actual mandatario, que llegó a su cargo tras un cuestionado proceso parlamentario de remoción de su predecesora, Dilma Rousseff, sobre la que no se presentó acusación alguna por corrupción, sino por faltas administrativas en el manejo de fondos públicos.
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