La iglesia católica de Argentina anunció que entregará a la justicia más de 100 certificados de bautismo, redactados en la capilla de una base naval que fue utilizada como centro clandestino de detención y torturas, durante la última dictadura en ese país.
Defensores de los derechos humanos esperan que la información que se obtendrá de esos documentos permita establecer qué pasó con los bebés, arrebatados a los presos políticos retenidos a la fuerza en el lugar y que luego fueran entregados de manera ilegal en adopción, frecuentemente por parte de familias de militares.
Según sostienen organismos que denuncian lo ocurrido durante la dictadura argentina, los progenitores de esos niños fueron más tarde asesinados.
“Estamos convencidos que la iglesia debería hacer todos los esfuerzos posibles para contribuir a mantener la memoria, la verdad y la justicia en todos los terrenos, especialmente dada la gravedad de los crímenes cometidos contra la humanidad durante los años de terrorismo de Estado, desde 1976 a 1983”, sostuvo la Conferencia Episcopal Argentina mediante un comunicado.
Se estima que al menos 30 mil personas fueron asesinadas durante la dictadura de 1976 a 1983. AP Photo/Victor R. Caivano.
Los obispos dijeron que la decisión es una respuesta a “un anhelo del papa Francisco”, el pontífice argentino que previamente prometió, a los grupos de derechos humanos, que la iglesia entregaría documentación para ayudar a clarificar los crímenes cometidos por el régimen militar.
En total, 127 certificados de bautismo, redactados entre 1975 y 1984 en la capilla de la Escuela Naval de Mecánica de la Armada, serán entregados al juez federal Sergio Torres, que se ocupa de casos relacionados con el centro de tortura.
Se estima que cerca de 5.000 disidentes políticos fueron trasladados a la ESMA, uno de los sitios emblemáticos de los secuestros y torturas de los que fueron responsables los militares durante la dictadura, conocida como Proceso de Reorganización Nacional.
Abuelas de Plaza de Mayo han logrado identificar a 127 bebés robados por los militares. REUTERS/Marcos Brindicci.
Un número mínimo de las personas detenidas ilegalmente en ese sitio logró sobrevivir, en algunos casos tras haber conseguido fugar de sus torturadores. El caso más resonante es el de Jaime Dri, que tras su detención en Uruguay fue mantenido clandestinamente en la ESMA y sometido a tormentos. Su historia es relatada en el libro “Recuerdo de la Muerte”, del escritor Miguel Bonasso.
La organización Abuelas de Plaza de Mayo sostiene que al menos 500 bebés fueron sustraídos por los militares a sus padres biológicos. Hasta la fecha, 127 de esos menores, hoy adultos, pudieron recuperar su identidad real.
La titular de la entidad, Estela de Carloto, criticó recientemente el proyecto del gobierno argentino de convertir en parque nacional el predio en el que se encuentra otro centro de detención, en la localidad de Campo de Mayo, a pocos kilómetros de Buenos Aires. Carloto sostuvo que el presidente Mauricio Macri nunca se contactó con el organismo para conocer la opinión de sus integrantes sobre la iniciativa y que tampoco ha enviado mensaje alguno para reconocer el trabajo de las abuelas en la identificación de los nietos de “desaparecidos”.
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