El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, eligió como su próxima directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a una espía de larga trayectoria, que supervisó torturas en una prisión secreta, durante uno de los períodos más obscuros de esa entidad.
Gina Haspel, de 61 años de edad, fue confirmada por el mandatario como la primera mujer que se haría cargo de la agencia.
Sus colegas la describen como una veterana experimentada, con más de 30 años en la actividad de inteligencia, que sabrá dirigir la entidad con integridad. No obstante, los años que pasó supervisando una prisión secreta podrían convertirse en un escollo, cuando su nombramiento sea revisado por el Senado.
Trump había dicho en una ocasión que volvería a reinstaurar la tortura en algunos interrogatorios. REUTERS/Leah Millis.
Trump anunció el martes que eligió a Haspel para el cargo, para suceder a Mike Pompeo, quien a su vez pasará a ocupar el puesto de Secretario de Estado, dejado vacante por el despedido Rex Tillerson.
La mujer se unió a la CIA en 1985 y ha sido la vicedirectora de la entidad desde febrero de 2017. Entre 2003 y 2005 supervisó una prisión clandestina en Tailandia, donde presuntos terroristas fueron sometidos a tormentos, según confirmaron anteriores y actuales oficiales de inteligencia.
El denominado “submarino” es una tortura que simula el ahogamiento. Haspel colaboró en la destrucción de videos de varios de esos procedimientos, que originó una investigación del Departamento de Justicia, que no dio como resultado acusación alguna.
Con anterioridad, Trump había expresado que reintroduciría el “submarino”, pero no hay elementos para considerar que tal declaración podría estar ligada al nombramiento de la nueva jefa de inteligencia.
El senador republicano John McCaine no se mostró entusiasmado con la postulación. REUTERS/Jonathan Ernst.
El senador republicano John McCaine dijo que Haspel debe explicar la naturaleza y extensión de su implicación en el programa de interrogatorios de la CIA.
“La actual legislación de Estados Unidos es clara en la prohibición» de las técnicas de interrogatorio que impliquen tormentos. McCaine fue sometido a malos tratos tras caer como prisionero durante la guerra en Vietnam.
El ex jefe de la CIA, John Brennan, declinó decir cuál fue el rol preciso de Haspel en el programa de interrogatorios, pero agregó que ella desempeñó sus obligaciones “cuando se le pidió que hiciera cosas difíciles en tiempos de desafíos”.
Defensores de los derechos humanos se oponen a la confirmación de Haspel, alegado que “nadie que haya tenido una mano en la tortura de personas puede desempeñar un cargo público”.
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