El jefe de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, llamó el viernes a no precipitar las conclusiones en torno a la investigación por el envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal.
Corbyn, que es el jefe de la oposición en el parlamente al mismo tiempo que cabeza del Partido Laborista, sostuvo que el caso podría tener vínculos con “grupos mafiosos rusos”.
El miércoles último, la primera ministra Theresa May había sostenido que Moscú era el culpable del ataque al ex agente, que resultó envenenado con un enervante nervioso y se encuentra internado en estado grave junto a su hija, también víctima de la misma sustancia.
El ataque se habría producido en la localidad de Salisbury, en el suroeste de Inglaterra, donde el hombre reside desde hace años.
La pulseada con Putin por el presunto rol ruso en el caso Skripal llega en un momento delicado para May. Foto: Reuters.
“El Reino Unido debe exigir rendición de cuentas a los autores del acto. Pero, de todos modos, no es el momento de hacer juicios apresurados, que podrían conducir a una nueva Guerra Fría”, sostuvo Corbyn en una columna de opinión publicada en el diario británico The Guardian.
“Se trata de un crimen en el que puede ser que el Estado ruso sea el autor, o en donde el mismo Estado puede haber permitido que toxinas mortales escapen al control que está obligado a ejercer”, agregó el líder opositor.
El jefe laborista recordó que informaciones incorrectas llevaron a la invasión de Irak en 2003, señalando el caso de la supuesta existencia de armas de destrucción masiva, que el entonces presidente estadounidense George Bush usó como excusa para lanzar esa operación militar. Las supuestas armas nunca fueron encontradas.
El compromiso británico junto a Estados Unidos en Irak y las revelaciones que se produjeron más tarde, en torno a la decepción respecto al objetivo declarado de hallar y destruir ese arsenal, impactaron profundamente en la opinión pública británica.
Salisbury sigue convulsionada por el hecho. REUTERS/Toby Melville.
De todos modos, Corbyn se mostró de acuerdo con la expulsión de 23 diplomáticos rusos, anunciada esta semana por la primera ministra y se manifestó listo para apoyar otras sanciones “cuando la investigación sobre el ataque haya producido resultados”.
“El laborismo evidentemente no es partidario del régimen de Putin y de su autoritarismo conservador”, agregó el líder.
La posición de Corbyn sobre el envenenamiento de Skripal reavivó las divisiones dentro de su partido y varios diputados de la oposición se distanciaron inmediatamente de su jefe, manifestando un apoyo claro a la actitud adoptada por la primera ministra May.
El viernes por la mañana, 33 diputados laboristas firmaron una moción parlamentaria señalando sin ambages la culpabilidad de Rusia en el caso, pero no aportaron evidencia alguna para sostener tal afirmación.
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