La policía en Canadá ha estado allanando tiendas de venta de marihuana a lo largo y ancho del país. Esas tiendas son comercios que han comenzado a funcionar en anticipación a la legalización de esta droga en el país, que en principio debería entrar en vigor a partir de julio de este año.
Las personas que trabajan en estos comercios ilegales son por lo general arrestadas y acusadas de vender una sustancia ilícita. Sin embargo, a medida que se acerca la fecha de la legalización de esta droga en Canadá, a menudo esos cargos acaban en un limbo jurídico.
El ex tendero de marihuana Shawn MacAleese frente a uno de los dispensarios abiertos en Ottawa a pesar de las numerosas redadas policiales y más de 45 detenciones desde principios de 2016. (Foto: CBC)
Vender esta hierba era un buen negocio para el canadiense de 29 años, Shawn MacAleese. Él estima que por sus manos pasaron cientos de miles de dólares en ventas de marihuana en tan sólo unos meses trabajando como «budtender» o tendero de esta hierba en un dispensario ilegal de cannabis en Ottawa.
Ese comercio tienda era propiedad de una empresa con sede en Columbia Británica que había abierto por lo menos siete dispensarios en la capital de la nación en 2016.
Lo que MacAleese no entendía claramente era que trabajar en ese comercio abría las puertas a que las autoridades lo arresten bajo serios cargos por tráfico y venta de drogas.
MacAleese y otros nueve empleados fueron arrestados en una redada policial contra seis dispensarios de Ottawa en noviembre de 2016.
Un año y medio después, él todavía está luchando en las cortes contra más de una docena de cargos presentados en su contra.
Tanto en Ottawa como en muchas otras ciudades de Canadá, esos cargos de acusación por lo general no llegan a servir de base para convertirse en condenas emitidas por las cortes de justicia.

Policías de Ottawa salen del dispensario WeeMedical en la calle Rideau durante una redada el 4 de noviembre de 2016. (Foto: Judy Trinh/CBC)
En la ciudad de Toronto, la Fiscalía del gobierno canadiense decidió retirar los cargos de acusación a la mitad de las 600 personas arrestadas hasta la fecha bajo cargos de posesión y venta de la hierba.
En Ottawa, un juez decidió no procesar los casos de acusación vinculados con la marihuana que llegaban a su corte. El juez de la Corte de Ontario, Norman Boxall, que presidió tres casos, más bien reprendió al gobierno federal canadiense por perseguir a los trabajadores de los dispensarios en lugar de aprehender y procesar a los propietarios.
El juez de la Corte de Ontario, Norman Boxall, dijo que «si el gobierno tiene la intención de utilizar el derecho penal en un esfuerzo por cerrar estos dispensarios, el tribunal es de la opinión de que se deben hacer mayores y más visibles esfuerzos para procesar a los dueños de los negocios o a los dueños de las propiedades, en lugar de tratar de hacerlo mediante la imposición de antecedentes penales sobre las espaldas de los relativamente pocos empleados de bajo nivel», escribió Boxall.
En el último caso, Boxall, concedió una baja absoluta, negándose a imponer condiciones y dejando al acusado sin antecedentes penales citando «la aplicación inconsistente de las leyes en materia de tráfico de marihuana».
«Es inapropiado que la corte luche contra los dispensarios sobre las espaldas de individuos de baja culpabilidad moral, que muestran un remordimiento significativo y tienen un fuerte potencial de rehabilitación», decía el juez Boxall.

La marihuana es menos adictiva que los cigarrillos y otras drogas dicen expertos en Ottawa. (Foto : iStock)
Sin embargo, ir detrás de los dueños de los comercios y de los edificios significa llevar adelante una investigación mucho más compleja y costosa, señala el inspector de la policía de Ottawa, Murray Knowles.
Mientras tanto, muchos de los comercios que fueron allanados y cerrados, han vuelto a abrir sus puertas, con una nueva camada de trabajadores detrás del mostrador de venta de marihuana.
Esta es una situación absurda para el budtender de Ottawa, Shawn MacAleese.
«Lo que yo quisiera es que tanto los jueces como la Fiscalía canadiense se den cuenta que estas detenciones son estúpidas y deberían simplemente echar al tacho esos cargos y dejarnos tranquilos, pero uno siempre tiene la esperanza», dice el canadiense Shawn MacAleese.
Y mientras el joven canadiense expresaba sus opiniones, frente a una de las tiendas de venta de marihuana que volvieron a abrir sus puertas en la capital canadiense, Ottawa, más de una docena de clientes hacían la fila para comprar la ilegal marihuana.
EscucheFuentes: CBC/RCI
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