Este invierno que acaba ha sido brutal en el norte de la provincia de Manitoba, en las Praderas canadienses. No solamente a causa del frío sino también por la pérdida de la vía férrea que conectaba a esta región con el resto de Canadá.
Una de las poblaciones que ha sufrido las consecuencias del aislamiento es la localidad de Churchill, célebre por ser la capital de los osos polares en el país. Esto a su vez la convirtió en un centro de atracción turística.
Desde hace meses, esta pequeña localidad de menos de mil habitantes se ha visto privada del servicio de trenes, elemento vital para la vida de esta comunidad.

Estatua de un oso polar frente al puerto de Churchill. El pueblo, célebre por el turismo de osos polares espera revivir el transporte marítimo internacional en el norte de Manitoba. (Foto: Cameron MacIntosh/CBC)
Esta situación está obligando a varios de los habitantes a hacer sus maletas y dejar Churchill por avión. Tal es la situación de Sharice Sinclair.
«Tener que irme fue una decisión muy dura, ya que toda mi familia vive aquí. Entiendo muy bien que la gente quiera quedarse en Churchill, porque es su hogar, es donde te sientes libre. Es la tierra de los osos y las belugas», decía Sharice Sinclair en el pequeño aeropuerto del pueblo.
Ella tiene una hija de un año, y debido a los crecientes costos de vida, Sharice ya no puede pagarse los gastos que implica el vivir en Churchill. Por eso es que finalmente decidió tomar el avión y viajar unos mil kilómetros para instalarse en la ciudad de Winnipeg.
«Si todavía habría un tren, probablemente me habría quedado en Churchill», dice la migrante canadiense interna, Sharice Sinclair.

Sharice Sinclair se mudó de Churchill a Winnipeg con su hija Tessa, de un año de edad. (Foto: Warren Kay/CBC)
Ella no es la única persona en enfrentar dificultades desde que Churchill se convirtió en una localidad a la que se puede llegar solamente por vía aérea.
El pasado mes de mayo de 2017, las inundaciones récord registradas en la región arrasaron en unos veinte lugares las vías férreas que conectaban a Churchill con el resto del país. El tren era la única conexión por tierra. La consecuencia es que los precios de todos los productos aumentaron.
Esta situación también devastó a la industria del turismo. Rhoda deMulles, quien atiende tras el mostrador en la ferretería del pueblo, dice que los negocios han decaído en un 90 por ciento.
«Estoy intentando que el negocio funcione lo más posible y ver qué pasa. Estamos viviendo al día. Es todo lo que podemos hacer en este momento», explicaba la tendera de la ferretería en Churchill, Rhoda deMulles.
Rhoda y Dale deMulles han visto caer sus negocios en su ferretería en un 90%. (Foto. Warren Kay/CBC)
El problema que confronta el pueblo de Churchill es el enfrentamiento entre el gobierno federal canadiense y la compañía dueña de la línea férrea sobre quién tiene que pagar la reparación de la arruinada vía férrea.
Ottawa ha llevado a la corte a la compañía ferroviaria estadounidense OmniTRAX, exigiéndole que repare la vía férrea.
«Nosotros dijimos desde el principio que nuestra compañía no reparará esa vía férrea», decía Merv Tweed, presidente de la subsidiaria de OmniTRAX en Canadá, quien añadió que su compañía no está en condiciones de pagar los más de 43 millones de dólares que costaría la reparación.
«Necesitamos un comprador serio. Queremos que esa línea ferroviaria sea reparada», decía Merv Tweed, presidente de la subsidiaria de OmniTRAX en Canadá.
El ministro canadiense de Recursos Naturales, Jim Carr, cuya circunscripción se encuentra en Manitoba, declaró que la empresa OmniTRAX está violando sus obligaciones.
Mientras tanto, en Churchill, nadie espera una pronta resolución en este duelo jurídico.
«Tiene que haber gente trabajando en la reparación de la vía para fines de abril», decía el alcalde de Churchill, Mike Spence, quien hace parte de una coalición de organizaciones locales y de las Primeras Naciones que está tratando de comprar la vía férrea a la empresa estadounidense OmniTRAX.

El alcalde de Churchill, Mike Spence, cree con optimismo que el ferrocarril volverá a funcionar en el verano de 2018. (Foto: Warren Kay/CBC)
La intención no es solamente traer pasajeros y turistas a Churchill. Mirando al futuro, el pueblo se encuentra en la Bahía Hudson. Para el alcalde Mike Spence, Churchill se convertirá en un polo de la navegación ártica.
«Ser los dueños locales de esta vía férrea es de una importancia crítica. Tenemos un modelo y una visión», decía el alcalde de Churchill, Mike Spence.
Sin embargo, día que pasa sin el tren se traduce en gente que decide marcharse. La escuelita local tiene solamente 30 estudiantes este año.
Para el presidente de la Cámara de Comercio de Churchill, David Daley, el tren es fundamental en la protección de los intereses canadienses en el Ártico.
«Desarrollemos nuestro norte, defendamos el norte. Esta vía férrea es el símbolo del futuro del norte canadiense. Todos los países árticos están desarrollando su zona ártica. Y nosotros estamos dejando que nuestro norte se muera», decía David Daley, presidente de la Cámara de comercio de Churchill, en Manitoba.
Él añadió que la reparación del servicio de tren no solamente servirá para traer gente a Churchill. También servirá para que sus residentes se queden.
Por ahora, la principal vía de acceso a Churchill, su vía férrea, se encuentra partida y sepultada bajo la nieve del norte de Manitoba.
EscucheFuente: C. MacIntosh/CBC/RCI
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