Cientos de personas se reunieron este domingo en Humboldt -pequeña ciudad de la provincia de Saskatchewan, de unos 6.000 habitantes- para una vigilia en homenaje a las 15 víctimas del accidente mortal entre el bus del equipo local de hockey junior, los Broncos, y un camión semi-remolque.
Las personas pusieron flores en círculo, en el centro de la cancha de patinaje Elger-Peterson de la pequeña ciudad de la región de las Praderas canadienses, mientras familiares y amigos, tomados de la mano, rezaban y entonaban cantos. Las fotos de las víctimas estaban expuestas en un extremo de la cancha.

(THE CANADIAN PRESS/Jonathan Hayward)
Nick Shumlanski, el único jugador herido que fue dado de alta del hospital, se encontraba en la cancha. Vestía la camiseta blanca, verde y amarilla del equipo, y para su fortuna tenía solo una laceración en el ojo izquierdo.
El trtágico accidente dejó un triste saldo de 15 muertos y 14 heridos, algunos de los cuales se encuentran en un estado crítico. La gran mayoría de los muertos y heridos son jóvenes entre 17 y 21 años. El accidente se produjo el viernes 6 de abril, alrededor de las 17:00 hora local,

Kevin Garinger, Presidente de los Broncos de Humboldt. (THE CANADIAN PRESS/Jonathan Hayward)
El presidente del equipo, Kevin Garinger, con un nudo en la voz, resaltó el dolor que oprimía a todos los presentes en la cancha. “Les quiero decir a toda la familia de los Broncos de Humboldt, a los que tienen boletos de temporada, a los entrenadores, a los compañeros de equipo, a los compañeros de clases, a los profesores, a los amigos y a los miembros de la colectividad, que no están solos en este duelo. Hablen, ayuden y apóyense los unos a los otros”.
Para el alcalde de Humboldt, Rob Muench, la ceremonia de este domingo era “la primera etapa de un largo proceso de sanación de la comunidad”. La ceremonia era ecuménica y numerosos líderes religiosos se encontraban presentes.

El pastor Sean Brandow. (THE CANADIAN PRESS/Jonathan Hayward)
Sean Brandow, pastor y capellán del equipo, tuvo mucha dificultad en retener el llanto a todo lo largo de su emotivo sermón y tuvo que detenerse para tomar su respiración varias veces. Él cuenta que se dirigía hacia Nipawin -donde los Broncos debían jugar un partido esa noche que nunca se jugó- cuando vió una escena horrible.
“Llegamos al lugar del accidente y descubrimos una escena que yo no hubiera querido ver nunca, escuché sonidos que jamás hubiera querido escuchar”, dice el pastor Brandow, quien confesó haberse sentido perdido cuando llegó al hospital. “Tener en nuestras manos, la mano de un muerto es el Valle de lágrimas. Es el dolor, la angustia, el miedo la confusión. Y yo no tenía nada que ofrecer”, dijo el pastor en su discurso.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, asistió a la vigilia acompañado por el primer ministro de Saskatchewan, Scott Moe. Antes de la ceremonia había enviado un trino diciendo: “Esta noche honramos sus memorias. Al equipo, a los familiares, a la comunidad: El país entero está con ustedes. Los queremos y los recordaremos. Un poco antes, en el transcurso del día, el Primer ministro visitó a los sobrevivientes en el hospital.
RCI/La Presse Canadienne/Internet
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