El Pontífice dice que se reunirá con víctimas y obispos para tratar de sanar las heridas
El Papa Francisco reconoció el miércoles que cometió «graves errores de juicio y percepción» de la crisis de abuso sexual en Chile, y se reuniría con víctimas y obispos en un intento de sanar las heridas del escándalo causado a la Iglesia Católica.
«Pido disculpas a todos los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con las víctimas «, dijo en una carta a los obispos chilenos luego de una visita a Chile del investigador de abuso sexual más importante del Vaticano.
Chile fue sacudido por el caso del obispo Juan Barros, designado por el Papa en 2015 a pesar de las acusaciones de que Barros había encubierto el abuso sexual de menores por parte de su mentor, el padre Fernando Karadima.
Karadima era un predicador carismático que fue retirado del ministerio por el Vaticano por abusar sexualmente de menores y sentenciado en 2011 a una vida de penitencia y oración. Karadima ha sido durante mucho tiempo un favorito de la jerarquía chilena y sus víctimas han acusado a los líderes de la iglesia de encubrir sus crímenes para proteger la reputación de la iglesia.
Francisco, que visitó Chile en enero, al principio defendió fuertemente a Barros, diciendo que era blanco de calumnias. Luego, el Papa envió al Arzobispo Charles Scicluna de Malta, el principal investigador de delitos sexuales del Vaticano, a Chile y Nueva York para entrevistar a las víctimas.
Scicluna y su colega, el reverendo Jordi Bertomeu, pasaron casi dos semanas en Chile y Nueva York a principios de este año entrevistando a las víctimas de Karadima, quienes durante años han denunciado el silencio de Barros y quedaron atónitos ante la fuerte defensa del papa sobre él.
El obispo Juan Barros flanqueado por manifestantes en la catedral de Osorno el 21 de marzo de 2015. Está acusado de encubrir a uno de los pederastas más notorios del país. © (Carlos Gutierrez / Reuters)
Las víctimas desnudaron ‘heridas de sus almas’
En su carta, Francisco agradeció a las 64 personas que testificaron y tuvieron el valor de desnudar las «heridas de sus almas» por el bien de la verdad. Después de leer el dosier de 2.300 páginas que prepararon sus enviados, Francisco afirmó que las víctimas «hablaban de forma descarnada, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas».
«Confieso que esto me causó dolor y vergüenza», escribió.
El Papa dijo a los obispos que quería discutir los hallazgos de Scicluna con las víctimas y pidió su cooperación para restablecer la serenidad en las iglesias católicas de Chile y «reparar el escándalo tanto como sea posible y restablecer la justicia».
En una declaración, los tres acusadores principales de Barros dijeron que apreciaban la solicitud de perdón de Francisco y que sopesaban su invitación a reunirse. Dijeron que continuarían luchando por la reparación y el perdón «hasta que la tolerancia cero sobre el abuso y el encubrimiento en la iglesia se haga realidad».
Thomson Reuters/The Associated Press
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