En Brasil, en el marco de la llamada operación Lava Jato, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue encarcelado después de que este se entregara a las autoridades el pasado 7 de abril tras haber sido acusado de aceptar un departamento frente a la playa a cambio de otorgar ventajas a la constructora OAS en sus contratos con la empresa petrolera estatal Petrobras.
Fue el juez federal Sergio Moro quien ordenó su detención y rechazó posteriormente el habeas corpus solicitado por su defensa. Según sus seguidores, esas denuncias no fueron demostradas. Los analistas también coinciden en señalar que se trata de una vendetta política cuyo objetivo es impedir a Lula volver a la presidencia en las próximas elecciones en el gigante sudamericano.
Pese a hallarse tras las rejas en una prisión de Curitiba, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva continúa siendo el candidato con mayor apoyo rumbo a las elecciones de octubre en Brasil, según un sondeo de opinión de la empresa Datafolha divulgado la semana pasada por los principales medios.
Aunque el apoyo a Lula disminuyó desde el 37% al 31% respecto del último sondeo realizado en enero, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) sigue liderando en las intenciones de voto, con una ventaja considerable sobre su segundo, el diputado ultraconservador Jaír Bolsonaro.
En comparación, las posibilidades del actual presidente Michel Temer de ganar las elecciones, quien en varias ocasiones dio a entender que se lanzará a la reelección, son ínfimas. El apoyo que recibe Temer, figura envuelta en una serie de escándalos de corrupción, no supera el 2% de apoyo electoral.
Tras su detención sus seguidores, además de reclamar su libertad, instalaron un campamento de resistencia próximo a las instalaciones de la Policía Federal de Curitiba, llamado Campamento Lula Libre.
Mientras tanto, en Montreal como en otras ciudades del mundo, se llevaron a cabo manifestaciones demandando la libertad del candidato presidencial y ex dirigente sindical metalúrgico Lula da Silva.
Radio Canadá Internacional pudo conversar con Francisco Antonio Loiola, profesor en la Universidad de Montreal y uno de los organizadores. También conversamos con Kelly Russo, investigadora académica que se encuentra en Canadá desde hace tres meses y que también fue una de las participantes en la manifestación en el centro de Montreal.
Ambos coincidieron en señalar que la detención de Lula significa la continuidad del golpe de Estado, propiciado por sectores de la derecha neoliberal brasileña que derrocó a la presidenta Dilma Rousseff, así como la transformación de un aparato judicial que se acomoda según las exigencias de las elites brasileñas, buscando cerrarle a Lula el camino a la presidencia de Brasil.
En su primer mensaje a los integrantes del Campamento Lula Libre, Lula da Silva agradeció la resistencia y confesó que continúa creyendo en la justicia, aun cuando está indignado por lo sucedido. “Ustedes son mi grito de libertad cada día. (…) Por ustedes valió la pena nacer y por ustedes valdrá la pena morir”, aseguró en otra de sus misivas.
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