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El odio a las mujeres y la masacre de Toronto

El 6 de diciembre de 1989, Marc Lépine, un joven montrealense de 25 años, desquiciado, entró en la Escuela Politécnica de la Universidad de Montreal y comenzó a disparar durante 20 minutos gritando que las feministas habían arruinado su vida. Después se suicidó. En una carta que dejó explicando la razón por la que había cometido este acto, decía que era por motivos antifeministas. Esta semana en Toronto, Alek Minassian, habría expresado su odio hacia las mujeres en una publicación en Facebook antes de cometer un  asesinato en masa, en el cual perdieron la vida 10 personas. ¿El lazo?

Son todos asesinos de masa, hombres coléricos con la sociedad porque no encuentran su lugar y que literalmente ofrecen un espectáculo frente a todo el mundo matando al más grande número de personas para hacerse notar, hacerse célebres a su manera.

-Francine Pelletier, documentalista y columnista del periódico en lengua francesa Le Devoir

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Betty Forsyth fue una de las 10 personas muertas en el ataque de van del lunes. (Galit Rodan / Canadian Press)

Casi 30 años después de la matanza perpetrada en Montreal 6 de diciembre de 1989 por Marc Lépine, otro hombre,  Alek Minassian, habría expresado su odio hacia las mujeres en una publicación en Facebook antes de cometer un  asesinato en masa esta semana en Toronto.

Alek Minassian, el joven que este lunes mató a 10 personas al embestir indiscriminadamente con una furgoneta a los transeúntes en una céntrica calle de Toronto, dejó colgado un mensaje en sus redes sociales que ofrece una pista sobre su posible móvil: odio a las mujeres.

La policía dijo que está investigando para poder determinar el móvil, pero la prensa canadiense se hizo eco de un mensaje misógino que el sospechoso colgó en su perfil de Facebook.

Minassian se refería en su texto al “caballero supremo Elliot Rodger”, un joven de 22 años que fue el autor de una matanza en California. En el 2014, Rodger mató a seis personas a tiros y dejó a decenas de heridos antes de suicidarse. En un vídeo que dejó colgado en las redes sociales antes de la masacre, Rodger insultaba a las numerosas mujeres que lo habían rechazado, convirtiendo a hombres como él en “incels”, un término en inglés que significa célibes involuntarios. En el mismo vídeo, Rodger se refería a los hombres que tienen éxito con las mujeres como “chads” y a las mujeres que rechazan a los hombres como “stacys”.

Minassian empleaba esta misma terminología en el escrito que colgó antes de su ataque. Una frase, según la prensa canadiense, era: “La rebelión de los incels ya ha comenzado. Vamos a acabar con todos los chads y las stacys”.

Francine Pelletier, documentalista y columnista del periódico en lengua francesa Le Devoir, explica cómo estos dos hombres están conectados.

Esos hombres, dice, verían la evolución del lugar de las mujeres como una amenaza a las relaciones de dominación que les permitía ser reconocidos a los ojos del sexo opuesto. Ser un hombre «verdadero» es la clave para ellos. Es mucho en su psique, dice Pelletier. Estos hombres deploran el final del «paquete» que les prometía automáticamente que, tener un trabajo significaba automáticamente  asegurarse una esposa.

Los asesinos en masa a menudo son hombres blancos de clase media que no han encontrado su lugar en la sociedad. Pero lo más interesante para mí, lo reconozco, después de la masacre de la Politécnica,  es que se trata sobre todo de hombres que no soportan a las feministas. Más las mujeres serán seres libres, más ocuparán lugares en la sociedad, menos lograrán ellos obtener una mirada positiva de esas mujeres.

La vida de Francine Pelletier cambió hace 30 años. Un hombre mató a 14 mujeres en la École Polytechnique de Montreal antes de quitarse la vida, pero el reinado de terror de Marc Lépine no terminó ahí. Dejó atrás una lista de otras mujeres a las que había planeado matar. Francine Pelletier, una periodista galardonada, columnista y realizadora de documentales, encontró su nombre en esa lista.

Hace 30 años ocurrió la masacre de la politécnica.

Mucho discutió en Canadá sobre la condición de las mujeres así como de la necesidad de educar a los niños en las casas y las escuelas. Para Francine Pelletier, poco ha cambiado.

 “No es por nada que el movimiento Me too toma tanto lugar en el mundo. Porque toda la cuestión de las relaciones sexuales es lo que quedó en la sombra durante 30 años. Se trata de relaciones de dominación y de ser “reconocidos” por el sexo opuesto. Y para un asesino de masa, la cuestión de la masculinidad–es por eso que mata frente a todo el mundo para ser visto- es la de  comportarse como un “verdadero hombre”, y es por eso que tienen una fascinación con las armas y las fuerzas armadas”.

Todo el tema de lo íntimo, de lo privado,  sigue siendo muy complicado, concluye.

La entrevista con Francine Pelletier es de Alain Gravel.

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