Las dos naciones de la Península Coreana comenzaron a desmantelar este martes los sistemas de altavoces usados para difundir propaganda a lo largo de su fortificada frontera, informó el Ministerio de Defensa en Seúl.
La medida fue tomada en cumplimiento de los compromisos asumidos en la histórica cumbre que mantuvieron los líderes de los dos países la semana pasada.
Esta acción es el primer paso concreto hacia la reconciliación en la península, tras un encuentro sellado el pasado viernes entre el presidente surcoreano Moon Jae-in y el líder norcoreano Kim Jong Un.
En una conversación telefónica el martes con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el mandatario surcoreano también pidió a Naciones Unidas ayuda para verificar el cierre programado del sitio de ensayos nucleares de Punggye-ri, en Corea del Norte, según un comunicado presidencial de la Casa Azul en Seúl.

Guterres dijo que tal pedido requería la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, pero añadió que existe la voluntad de cooperar para forjar la paz en la Península de Corea y que asignaría un funcionario de Naciones Unidas a cargo de control de armas para colaborar con Corea del Sur.
Días antes de la cumbre del viernes, Corea del Norte sorprendió al mundo al declarar que desmantelaría el sitio para “garantizar de manera transparente” su intención de poner fin a las pruebas nucleares y de misiles.
El sitio de ensayos nucleares de Punggye-ri, donde Pyongyang llevó a cabo seis pruebas, es un sistema de túneles debajo del Monte Mantap, en la región noreste del país.
Corea del Sur comenzó en la tarde del martes a retirar sus altavoces en la frontera, dijo un funcionario del área de Defensa. La actividad en varios puntos fronterizos indicaba que los norcoreanos estaban haciendo lo mismo, agregó.
Durante décadas, con pocas pausas, ambas partes han emitido propaganda desde esos altavoces como una forma de guerra psicológica. Seúl transmitía noticias, canciones pop surcoreanas y críticas al régimen del norte, mientras Pyongyang criticaba al Gobierno del sur y elogiaba su propio sistema socialista.

Las señales de buena voluntad entre los vecinos se producen en momentos en que crece la expectativa en torno a un histórico encuentro entre el líder norcoreano Kim Jong Un y el presidente estadounidense, Donald Trump, quien dijo que esa cumbre podría llevarse a cabo en tres o cuatro semanas.
Trump tuiteó el lunes que la Casa de la Paz en la zona desmilitarizada, donde se reunieron Moon y Kim, sería una excelente opción. Pero un alto funcionario estadounidense dijo que Singapur sigue siendo la alternativa más probable.
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