Tropas israelíes mataron este lunes a más de 50 manifestantes palestinos durante las manifestaciones del día de la inauguración de la embajada de EE.UU. en Jerusalén, informó este lunes el Ministerio de Salud palestino.
Más de 2.400 manifestantes han resultado heridos en Gaza en lo que ha sido el día más violento de las seis semanas de la Gran Marcha del Regreso. Entre los heridos el lunes se encuentran 203 niños y 78 mujeres, según el ministerio.
El gobierno palestino denunció la violencia del lunes como una «terrible masacre» perpetrada «por las fuerzas de la ocupación israelí», y pidió una intervención internacional inmediata para evitar nuevas muertes. El gobierno ha declarado un día de duelo nacional en Ramallah, que se celebrará el martes.

Un manifestante herido por balas del ejército israelí es auxiliado durante las protestas contra la ocupación de los territorios palestinos a lo largo de la frontera entre Israel y Gaza, en el sur de la Franja de Gaza. (Foto: Ibraheem Abu Mustafa/Reuters)
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel provocó la ira de los palestinos y recibió críticas de muchos gobiernos extranjeros, que lo consideran un revés para los esfuerzos de paz.
En la ceremonia de inauguración en la embajada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció a Trump “por tener la valentía de cumplir con sus promesas”.
“Qué glorioso día para Israel. Estamos en Jerusalén y estamos aquí para quedarnos”, dijo Netanyahu en un discurso.
En un mensaje grabado, Trump comentó que sigue comprometido con la paz entre palestinos e israelíes, pero en la frontera de Gaza las manifestaciones palestinas rápidamente se volvieron sangrientas.
Francia llamó a Israel a ejercer la mesura y el secretario General de la ONU, António Guterres, dijo que estaba “profundamente preocupado” por los eventos en Gaza.

Pancarta de la manifestación del organismo de la sociedad civil canadiense PAJU. (Foto: Rufo Valencia/RCI)
El reconocimiento por parte de Trump de Jerusalén como capital de Israel en diciembre indignó a los palestinos, quienes dijeron que Estados Unidos ya no podía ser un mediador honesto en ningún proceso de paz con Israel.
Los palestinos quieren que Jerusalén Oriental sea la capital del Estado que quieren fundar en la Cisjordania ocupada y en la Franja de Gaza. El gobierno de Netanyahu considera que la ciudad, incluyendo al sector oriental que Israel capturó y anexó tras una guerra en 1967, es su “capital eterna e indivisible”, un posición que no cuenta con reconocimiento internacional.
La mayoría de los países dicen que el estatus de Jerusalén, una ciudad sagrada para cristianos, musulmanes y judíos, debería ser determinado en un acuerdo final de paz y que cambiar sus embajadas ahora perjudicaría esa posibilidad.
Las negociaciones de paz para encontrar una solución al conflicto que considere dos estados han estado congeladas desde 2014.
En Canadá, un grupo de activistas llevó a cabo la semana pasada acciones de denuncia de la matanza de palestinos por parte de Israel, criticando de paso el tratamiento mediático de los eventos ocurridos en la región.
William Sloan, del organismo PAJU, que significa palestinos y judíos unidos, señaló que los medios de comunicación en Canadá no están dando toda la información para comprender la difícil situación de los palestinos, causada por la ocupación israelí.
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