La lista de incógnitas sobre la enfermedad de Alzheimer es larga. Los científicos todavía no saben exactamente qué causa la enfermedad. No saben qué es la función del amiloide ni por qué el cuerpo la produce.
– Dr. Donald Weaver, Instituto de Investigación Krembil, Toronto
¿Qué pasa si los científicos están equivocados sobre la teoría de la enfermedad de Alzheimer?
En Canadá, 600.000 personas sufren de la enfermedad de Alzheimer y este número va en aumento. Las proyecciones muestran que serán más de 900 000 canadienses que sufrirán de la enfermedad en quince años. El riesgo de desarrollarla aumenta con la edad. Esas cifras dan cuenta de la importancia que toman las investigaciones determinadas a conocer cómo se produce el inicio de esta enfermedad. Pero las farmacéuticas, ante la falta de resultados de los investigadores, están dando un paso al costado.
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El rompecabezas del Alzheimer tiene problemas para armarse © iStock
Aunque nosotros identificamos un orden en niveles de anormalidades de algunos marcadores utilizados, todavía no sabemos exactamente cuál es la causa inicial del Alzheimer. Podemos hipotetizar que se debe a algo relacionado a nivel vascular. Pero queremos saber cuál es el factor biológico que tiene mayor probabilidad de causar la enfermedad de Alzheimer.
– Yasser Iturria Medina, estudiante postdoctoral en el Neuro de la Universidad McGill.
El científico Yasser Iturria no es el único que reconoce que no se sabe qué causa la enfermedad de Alzheimer.
En una habitación a oscuras en el Instituto de Investigación Krembil de Toronto, el Dr. Donald Weaver está mirando una pantalla cubierta de puntos fluorescentes verdes. Eso no es algo bueno.
Weaver es neurólogo, químico farmacéutico, profesor de la Universidad de Toronto, presidente de la Cátedra de investigación de Canadá y neurólogo que atiende pacientes con demencia en el Hospital Western de Toronto.
Esos puntos verdes brillantes son exactamente lo que el investigador de Alzheimer no quería ver.
«Semanas sino meses de trabajo entraron en este compuesto y fallaron», dijo. «Ya está.»

El Dr. Donald Weaver estudia los resultados de un compuesto experimental que estaba probando como parte de su investigación sobre un tratamiento para la enfermedad de Alzheimer. (Craig Chivers / CBC)
Weaver, un neurólogo y químico, estaba probando un compuesto para ver si podía prevenir la aglutinación de una proteína llamada tau que crea enredos distintivos en los cerebros de las personas con la enfermedad de Alzheimer.
Esta es una enfermedad en la que muchos enfoques han fallado.
– Dr. Donald Weaver, Instituto de Investigación Krembil- Toronto
Si hubiera funcionado, podría haber sido posible un nuevo medicamento.
Pero no funcionó, al igual que los miles de otros que ya probó.
La falla es normal para los investigadores que participan en la frustrante búsqueda de medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer.
«Tienes que ser un apasionado», dijo Weaver. «Esta es una enfermedad en la que muchos enfoques han fallado. Realmente tienes que creer profundamente que tu enfoque es correcto para poder levantarte todos los días y seguir trabajando en ello».
Medicamentos prometedores que han fallado
Pero después de una serie de fracasos de fármacos de alto perfil en los últimos años, los científicos se enfrentan a la inquietante posibilidad de que su principal teoría del Alzheimer pueda ser fatalmente defectuosa.
Se llama hipótesis de amiloide y era un objetivo obvio para los investigadores porque la proteína amiloide forma placas distintivas en el cerebro de las personas con Alzheimer.
«Eso llevó a la conclusión de que debe desempeñar un papel bastante importante en la enfermedad», dijo Weaver.
La hipótesis de amiloide se propuso por primera vez en 1992, y durante los últimos 25 años la investigación se ha centrado en encontrar compuestos que eliminen el amiloide del cerebro o ralenticen su producción.
Pero uno por uno han sido descartados porque no cambian el resultado para las personas con la enfermedad de Alzheimer.
Algunos argumentan que los fármacos se administran demasiado tarde, que el daño amiloide ya ha avanzado demasiado.
Pero otros científicos creen que es hora de declarar la hipótesis de amiloide «muerta» y pasar a otras ideas.
Es posible que todo se haya construido sobre cimientos inestables todo el tiempo.
– Paul Murphy, Universidad de Kentucky
En la Universidad de Kentucky, Paul Murphy es un investigador sin pelos en la lengua.
«Sería una tontería ignorar los continuos fracasos de los enfoques anti-amiloide», escribió Murphy en un controvertido editorial en el New England Journal of Medicine en enero.
«Claramente, el campo necesita ideas innovadoras. Puede que nos estemos acercando al final de la cuerda de la hipótesis de amiloide, donde uno o dos fallos más nos harán aflojar y soltarla.
«Es posible que todo haya sido construido sobre bases inestables todo el tiempo, y no lo sabremos por unos años», le dijo Murphy a CBC News.

Paul Murphy es un investigador de Alzheimer de la Universidad de Kentucky que cuestiona la «hipótesis de amiloide». (Universidad de Kentucky)
El probable golpe fatal a la principal hipótesis
La lista de incógnitas sobre la enfermedad de Alzheimer es larga. Los científicos todavía no saben exactamente qué causa la enfermedad. No saben qué es la función del amiloide ni por qué el cuerpo la produce.
Y no saben qué pasaría si pudieran prevenir la acumulación de amiloide en el cerebro años antes de que aparezcan los síntomas.
«Para 2020, probablemente tendremos una buena idea si eso funciona o no», dijo Murphy. Si los resultados muestran que las personas todavía tienen la enfermedad a pesar de que las drogas han impedido los depósitos de amiloide, entonces la hipótesis amiloide podría sufrir un golpe fatal.
«Si me preguntaron hace cinco años si la hipótesis de amiloide es cierta o no, lo hubiera dicho sí, absolutamente», dijo Murphy. «Pero ahora, después de muchos más fracasos clínicos, tienes que empezar a preguntarte si realmente hemos tomado el camino equivocado».
Las farmacéuticas abandonan
En los últimos años, muchos de los fármacos más prometedores han fallado en los ensayos clínicos. La última decepción llegó el viernes cuando Janssen anunció que estaba terminando los ensayos clínicos de un fármaco, el atabecestat inhibidor de BACE, debido a la toxicidad hepática.
Y en enero, Pfizer, una de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo, anunció que estaba terminando su programa de investigación sobre la enfermedad de Alzheimer.
«Personalmente, estoy decepcionado de que algunas empresas se estén alejando porque hay una gran necesidad «, dijo Weaver. «Requiere que el sector farmacéutico vaya más allá de la línea de meta, y cuantas menos empresas haya, más difícil será el desafío. Pero teniendo en cuenta el costo y dada la tasa de fallas, entiendo por qué toman las decisiones que están tomando”.
A medida que la esperanza de la hipótesis de amiloide se desvanece, los científicos siguen otras pistas.
En Toronto, Weaver ha desarrollado un modelo de computadora que examinará miles de compuestos en busca de actividad tanto con amiloide como con tau. Él ha creado algunos compuestos prometedores y está trabajando con una compañía farmacéutica francesa para desarrollarlos.
En su laboratorio en Kentucky, Murphy está investigando los vínculos entre el Alzheimer y la enfermedad vascular cerebral. Otros objetivos de investigación incluyen la neuroinflamación, la función mitocondrial, una clase de células cerebrales llamada «microglia» y el papel de las especies reactivas del oxígeno, también llamadas «radicales libres».
«Ahora es el momento de empezar a pensar en cosas totalmente diferentes y que la gente pensó que podrían ser interesantes, pero que aún no lo han intentado», dijo Murphy.
París y Toronto se dan la mano en la búsqueda de fármacos
La compañía farmacéutica francesa Servier anunció un nuevo acuerdo de asociación de investigación estratégica con Treventis Corp., una empresa biotecnológica fundada por el director de Krembil, el Dr. Donald Weaver, para desarrollar conjuntamente un nuevo tratamiento terapéutico prometedor.
«La falta de fármacos es un gran problema», dice el Dr. Weaver.
«El descubrimiento de fármacos es un campo tremendamente competitivo y esta asociación demuestra la capacidad de Krembil y la UHN (University Health Network, una organización de investigación médica y sanitaria en Toronto)para alcanzar un nivel de excelencia en el escenario mundial. También ayuda a cimentar nuestro lugar como una de las principales instalaciones de investigación de neurociencias en Canadá».
Como parte del acuerdo de colaboración, los investigadores en París y Toronto desarrollarán conjuntamente compuestos que se dirigen a dos proteínas clave que se sabe que juegan un papel en la enfermedad de Alzheimer.
Actualmente no hay medicamentos modificadores de la enfermedad para el Alzheimer en el mercado.
RCI/CBC/Kelly Crowe/UHN
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