La actividad económica siguió aumentando, pero a un ritmo más moderado. REUTERS/Peter Power.

Luces de alerta para la economía canadiense

La marcha de la economía en Canadá se ralentizó en el primer trimestre de 2018 y se ubicó en su nivel más bajo en los últimos dos años.

Entre los factores que influyeron en la baja de la actividad económica nacional figura el menor nivel de inversión en el área de vivienda, impulsado principalmente por las normas más estrictas para poder acceder a una hipoteca y el consiguiente enfriamiento del mercado inmobiliario.

Menos canadienses están en condiciones de acceder a la vivienda propia. PRESS/Graham Hughes

Según la agencia canadiense de estadísticas, la economía creció 1,3 por ciento en el primer trimestre del año, en comparación con el 1,7 registrado en los últimos 3 meses de 2017.

Los economistas vieron sus expectativas incumplidas, ya que habían previsto una evolución del 1,8 por ciento anual para los primeros meses del año en curso.

La tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto para el primer trimestre fue la más lenta desde que la economía se contrajo en el segundo trimestre de 2016, como consecuencia de los incendios forestales que destruyeron parte de la ciudad de Fort McMurray, en la provincia de Alberta, en el oeste del país.

El siniestro, que consumió miles de hectáreas y destruyó viviendas e instalaciones comerciales e industriales, obligó al cierre de las operaciones en varios pozos de extracción de arenas bituminosas en la región, de las que se obtiene una parte del petróleo producido en Canadá.

La tragedia de Fort McMurray no sólo tuvo consecuencias para la provincia de Alberta.
REUTERS/Chris Wattie.

En lo que se refiere a la desaceleración del crecimiento en los primeros meses de 2018, las inversiones en vivienda bajaron el 1,9 por ciento, marcando el declive más pronunciado en el sector desde la disminución registrada en el primer trimestre de 2009, debido a una caída en los costos de transferencia de propiedad, a medida que el ritmo de las ventas de viviendas se desaceleró en el comienzo del año.

Paralelamente, el gasto de los hogares aumentó 0,3 por ciento, el más bajo desde el primer trimestre de 2015, al mismo tiempo que el expendio en servicios creció 0,5 por ciento y la compra de bienes se mantuvo sin modificaciones.

Por su lado, el aumento del volumen de las exportaciones también fue más lento, reculando a 0,4 por ciento si se lo compara con el 1 por ciento constatado en el primer trimestre de 2017. Dentro de ese panorama, las principales ganancias fueron obtenidas en los rubros de petróleo crudo, bituminosas y los servicios.

En contrapartida, las importaciones registraron una suba vigorosa, del 1,2 por ciento.

Los especialistas insisten en que Canadá debe diversificar su mercado internacional. REUTERS/Andy Clark.

La inversión de las empresas en maquinaria y equipamiento subió 4,2 por ciento, mientras que la comercialización de productos atados a la propiedad intelectual registró una expansión de 3,3 por ciento.

La agencia canadiense de estadísticas revisó a la suba el comportamiento del PIB nacional para el segundo y tercer trimestre de 2017.

En el caso de los meses de abril, mayo y junio del año último, el crecimiento interanual fue del 4,6 por ciento, mientras que en julio, agosto y septiembre se ubicó en el 1,7.

La información se conoce poco después que el Banco de Canadá decidió mantener la tasa de interés testigo sin alteraciones, en el 1,5 por ciento.

Noticias poco gratas

A la desaceleración del crecimiento económico se suma el anuncio de la administración estadounidense de suspender las exenciones impositivas de las que se beneficiaban las exportaciones canadienses a su vecino del sur.

El gobierno de Donald Trump anunció el jueves 31 de mayo que impondrá aranceles aduaneros a los envíos canadienses de acero y aluminio. Igual trato recibirán las transacciones originadas en México y en la Unión Europea.

El estadounidense es el principal mercado externo para los productos canadienses. REUTERS/Chris Helgren.

La decisión fue corroborada por el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, que comunicó la suspensión de la exención impositiva del 25 por ciento para el acero y del 10 por ciento para el aluminio.

Washington argumentó su postura en la marcha de las negociaciones para modificar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), y que según Ross “están tomando más tiempo del que esperábamos”.

La Unión Europea ya adelantó que tomará revancha contra la postura del gobierno de Trump. Tal situación alimenta la visión de algunos analistas internacionales, que temen la posibilidad de una guerra comercial entre ambas partes.

En el caso de Canadá y México la situación se torna aún más delicada, ya que la respuesta podría sumar tensión en las negociaciones del TLCAN o, incluso, determinar su fracaso.

La ministra canadiense de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, que abordó las cuestiones del tratado y del acero durante una reunión el martes último en Washington, había dejado en claro que Canadá tomaría represalias si Estados Unidos decidía imponer aranceles a sus productos. La funcionaria afirmó que Ottawa adoptará las acciones necesarias para defender las fuentes de empleo ligadas a esas exportaciones.

La ministra Chrystia Freeland en su reciente visita a Washington. REUTERS/David Ljunggren.

Con información de The Canadian Press.

Categorías: Economía, Política
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