Las relaciones entre Francia e Italia se tensaron en los últimos días, con la situación de los refugiados en el centro de una controversia entre ambas naciones europeas.
Autoridades y organizaciones italianas mostraron su furia, debido a que el gobierno francés ha enviado desde 2015 a miles de refugiados africanos hacia territorio de Italia.
El presidente francés recibirá en las próximas horas a su homólogo italiano, Giuseppe Conte, para intentar calmar una semana de fuertes tensiones y acusaciones entre París y Roma, provocadas por la crisis migratoria que afecta a Europa en general, pero que parece haber tenido consecuencias más dramáticas para Italia.

Decenas de niños fueron rescatados. Incluso algunos nacieron a bordo de la embarcación. REUTERS/Guglielmo Mangiapane.
Macrón atizó la situación el martes último, cuando criticó al gobierno italiano acusándolo de “cinismo e irresponsabilidad”. Las palabras del mandatario galo hicieron referencia a la situación vivida por la embarcación Aquarius, que socorrió a más de 600 migrantes clandestinos, que fueron impedidos de desembarcar por parte de Italia y Malta, y que se vio obligada de poner proa hacia España.
Colaboradores de Giuseppe Conte, que llegó al poder recientemente gracias a una alianza entre la formación populista Movimiento Cinco Estrellas y el partido de extrema derecha La Liga, amenazaron con cancelar el encuentro que el líder italiano tenía previsto con el jefe del Eliseo.
Tras un contacto telefónico, tanto Macron como Conte confirmaron por medio de sendos comunicados la realización del encuentro.
Al mismo tiempo, se extienden las voces críticas en torno a la inoperancia por parte de los diferentes gobiernos europeos para manejar la crisis de los refugiados que desde hace años afecta a la región.

Europa no ha hallado una respuesta consesuada a la crisis migratoria que la afecta. REUTERS/Darrin Zammit Lupi.
En Alemania, donde Angela Merkel se enfrenta a una crisis de su administración debido a su política migratoria, considerada como laxista por parte de la franja más conservadora del gobierno, un sondeo muestra que cerca del 90 por ciento de los alemanes quiere una aceleración de las expulsiones de migrantes que se encuentren en situación irregular en el país.
Desde 2015, cuando comenzó la crisis, Alemania aceptó en su territorio a más de 1 millón de solicitantes de refugio.
Diversos sectores que integran la coalición del gobierno que preside Merkel quieren que el país impida que más migrantes atravieses su frontera, aun cuando estos hayan sido identificados y registrados por otras naciones.
Se prevé que la situación migratoria acaparará la atención en la reunión entre Conte y Macron, relegando a un segundo plano otras cuestiones, como las relaciones bilaterales entre Francia e Italia y la reforma de la zona del euro.
La embarcación Aquarius, con 629 migrantes de origen africano, entre ellos 123 menores, intentó llegar a las costas de Italia y Malta, pero fue impedida de amarrar, y luego se dirigió a España, donde el recientemente instaurado gobierno socialista se ofreció a recibirla.
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