El gobierno de Estados Unidos anunció este martes que se retira del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas. “Damos este paso porque nuestro compromiso no nos permite seguir siendo parte de una organización hipócrita y egoísta que se burla de los derechos humanos”, dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
Cabe señalar que la crispada relación de Washington con la organización, de la que forma parte solo desde 2009 por decisión del presidente demócrata Barack Obama, siempre ha estado marcada por críticas recurrentes por parte de Estados Unidos.
Washington acepta mal las críticas de la organización a su respecto e insiste en que se deben dejar por fuera los países que violan los Derechos Humanos. La administración Trump no está de acuerdo con las posiciones del Consejo que son a su juicio claramente contra ellos, haciendo referencia directa a países como Cuba, Venezuela o China, entre otros. Además, Estados Unidos protesta contra la postura que el organismo mantiene ante su aliado Israel, la cual fue calificada de “prejuicio crónico” por el Consejo.
EscucheEstados Unidos considera que por tres razones fundamentales, es indispensable que el Consejo de DD.HH de Naciones Unidas se convierta en una organización realmente efectiva: Que lo integre violadores de los derechos humanos, el “prejuicio crónico” contra Israel y la necesidad de reformas esenciales del Consejo.

Zeid Ra’ad Al Hussein, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los DD.HH. (REUTERS/Denis Balibouse – D1AEUGNDPDAA)
Digamos que el anuncio de la administración Trump de retirarse del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se hizo en un momento en que Estados Unidos es duramente criticado por su política de “tolerancia cero” con respecto a las familias migrantes y por separar a los padres de familia de sus hijos. Para Gilles Rivard, ex embajador y ex representante permanente adjunto de Canadá en la ONU, esta decisión no es una sorpresa.
Según Gilles Rivard, no es la primera vez que el Consejo critica a Estados Unidos y de hecho, según el ex embajador, Canadá también ha sido criticado por el Consejo. Una de las actividades extremadamente interesante del Consejo es el Examen Periódico Universal que cada país del mundo debe obligatoriamente pasar cada 4 años. Canadá lo pasó en 2009 y 2013 y fue criticado por la situación de los indígenas y de los niños pobres en el país. Pero hay algo que molesta sobremanera a Estados Unidos es el punto de 7 de la agenda que regresa continuamente sobre Israel, dice Gilles Rivard.
Según el ex representante permanente adjunto de Canadá en la ONU, Israel es el único país fijo en el orden del día de cada sesión del Consejo, lo cual es un irritante particular no solo para Estados Unidos sino para otros países como Canadá y Alemania, porque es sistemático y extremadamente político. Y es por esta razón que Estados Unidos decidió irse, lo cual es lamentable.

(REUTERS/Leah Millis – RC1DBD4D13D0)
Es una historia perdedor-perdedor dice Gilles Rivard, porque se desprestigia a las Naciones Unidas y después se dice que la organización no es eficaz. Mientras que la imagen de Naciones Unidas se forja en función de lo que los países quieren obtener de esa institución y la maltratan en la actualidad.
Lo que los especialistas se preguntan es hasta donde se va a deslindar Estados Unidos de la Naciones Unidas porque ahora se habla del Consejo de Derechos Humanos, pero EEUU ya retiró su financiamiento a la UNESCO y otros órganos de la ONU.
Pero el problema para el Tío Sam es que siendo miembro permanente del Consejo de Seguridad debe dar un monto substancial para el funcionamiento de la organización y está claro que nunca abandonará su lugar en el Consejo de Seguridad, porque para Estados Unidos el derecho a veto es algo vital.
EscucheEstados Unidos quiere reformar el Consejo de DDHH porque sufre de carencias, lo cual es cierto, pero desde hace años se quiere reformar el Consejo de Seguridad y no hay ninguno de los 5 países miembros permanentes del Consejo de Seguridad que quiera abandonar su derecho a veto. El problema es que se habla de reforma, pero finalmente no se hace nada, concluye Gilles Rivard, ex embajador y ex representante permanente adjunto de Canadá en la ONU.
Patrick Masbourian entrevistó a Gilles Rivard.
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