La polémica política de «tolerancia cero» de Donald Trump en los cruces fronterizos continúa dominando la política en Washington y todo Estados Unidos
También se perfila en la campaña en México, donde las elecciones generales están programadas para el 1 de julio. Y aunque un candidato, Andrés Manuel López Obrador es líder en las encuestas, hay una cosa en la que todos los candidatos parecen estar de acuerdo: el statu quo sobre la inmigración no es aceptable.
Aun así, López Obrador ha ido un paso más allá. Él dice que México debe dejar de hacer el «trabajo sucio» de Estados Unidos.
En los últimos cuatro años, México ha detenido y deportado a cientos de miles de migrantes centroamericanos que intentaban atravesar México en su camino hacia Estados Unidos. La represión fue motivada en parte por un trato que el país hizo con la administración Obama para tomar esas medidas a cambio de dinero para reforzar la seguridad en su propia frontera sur.
Pero la retórica agresiva de Trump hacia México está haciendo que ese acuerdo sea ahora menos tentador.
Cifras de aceptación de asilo en México y Estados Unidos
En 2016, México concedió el asilo a menos de 4.000 personas de El Salvador, Honduras y Guatemala, al tiempo que expulsaba a 141.990 personas de estos tres países. En cuanto a Estados Unidos, según ACNUR, a finales de 2015, 98.923 personas del Triángulo Norte de Centroamérica habían presentado una solicitud de refugio o asilo; en comparación, el número de asilos concedidos ha sido bajo, con solo 9.401 desde 2015.
Maureen Meyer es directora de México y los derechos de los migrantes en la Oficina de Washington para América Latina. Ella habló con el periodista del radiodifusor público CBC, Brent Bambury, desde la frontera entre Arizona y México, acerca de cómo la política de tolerancia cero de Trump sobre la inmigración está teniendo impacto en las elecciones mexicanas.
El resumen de dicha entrevista.
Los migrantes centroamericanos caminan desde México hasta el lado estadounidense de la frontera para pedir asilo a las autoridades el 29 de abril de 2018 en Tijuana, México. (David McNew / Getty Images)
Brent Bambury: ¿Cuál es exactamente el «trabajo sucio» que el Sr. López Obrador dice que México está haciendo en nombre de los Estados Unidos?
Maureen Meyer: Se está refiriendo a los esfuerzos llevados a cabo por el actual presidente Peña Nieto desde 2004 bajo el llamado Programa Frontera Sur, particularmente en la parte sur del país, que incrementó su capacidad para detener rápidamente y deportar a muchos centroamericanos.
Tanto es así que en 2015, México detuvo a más centroamericanos que los Estados Unidos.
La secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen y el vicepresidente Mike Pence observan cómo el presidente estadounidense Donald Trump muestra una orden ejecutiva que pone fin a la controvertida separación de familias inmigrantes que firmó en la Casa Blanca el 20 de junio de 2018. (Mandel Ngan / AFP / Getty Imges)
BB: ¿Y cómo se veían esos esfuerzos? ¿Cómo funcionó?
MM: Lo que se hizo fue reforzar la presencia de agentes de inmigración de México en el sur de México para aumentar las deportaciones, agregando puestos de control estables así como puestos de control móviles en la parte sur del país.
Dificultaron los viajes en tren, que utilizan frecuentemente los migrantes. Por ejemplo, acelerando el tren, colocando barreras físicas a lo largo de las vías para dificultar que suban o poniendo agentes de inmigración o guardias de seguridad vigilando la estación de tren para que los migrantes no puedan subirlo.
BB: Pero ahora todos los candidatos presidenciales en esta campaña, sin importar su línea política, parecen estar de acuerdo en que esas son cosas que ya no quieren hacer. ¿Por qué este cambio central?
MM: Existe un creciente reconocimiento de que la postura de México sobre la migración es vista como muy hipócrita. Por un lado, lo que ha hecho el gobierno, y bien, es el trabajo para defender los derechos de los mexicanos en el exterior, particularmente en los Estados Unidos.
Pero al mismo tiempo permite que ocurran abusos en México contra los migrantes, deteniendo y deportando a las personas, independientemente de si son o no solicitantes de asilo.
Eso realmente los pone en una posición difícil, porque deberían ser más coherentes respecto a su política.
Los migrantes centroamericanos que pasaron semanas viajando por México caminan hacia el lado estadounidense de la frontera para pedir asilo a las autoridades el 29 de abril de 2018 en Tijuana, México. (David McNew / Getty Images)
BB: ¿Eso es lo quieren ahora? ¿Ser más generosos con los solicitantes de asilo o no apoyar más a Donald Trump?
MM: Trump ha hecho que la inmigración sea un tema mucho más político en México. Durante mucho tiempo, especialmente cuando muchos mexicanos fueron deportados a México en la época de Obama, ni siquiera eran una prioridad para ningún político mexicano.
Ahora se ha convertido en un tema clave, y apoyar a los mexicanos en el exterior, o aquellos que han sido devueltos a México, se ha convertido en un tema muy político. Y entonces creo que esto ha creado la idea de que hay que responder de otra manera, porque la administración de Trump ha tenido una retórica negativa contra los mexicanos y contra los migrantes.
BB: ¿Cuáles son las opciones para México?¿qué proponen los candidatos en esta campaña?
MM: Creo que una cosa es cómo aumentar la capacidad para recibir solicitantes de asilo. El sistema de asilo de México es muy disfuncional y muy pequeño. Habría que empezar por invertir en eso.
López Obrador también ha hablado sobre la creación de algún tipo de plan de desarrollo económico con la cooperación de Estados Unidos y América Central para abordar realmente algunas de las causas fundamentales de por qué las personas están huyendo de sus hogares.
Y la otra es cómo abordar los abusos cometidos por los agentes mexicanos contra los migrantes en tránsito, de modo que, como mínimo, aquellos que intentan llegar a los Estados Unidos no sean víctimas de horribles abusos en el camino.
Una caravana de migrantes centroamericanos pasó semanas viajando por México, caminando hasta la frontera con sus simpatizantes, para pedir asilo a las autoridades el 29 de abril de 2018 en Tijuana, México. (David McNew / Getty Images)
BB: Pero todavía seguiremos viendo que algunos inmigrantes llegan a esa frontera con Estados Unidos, la frontera norte de México. Ahora bien, parece que EE. UU perderá parte de la ayuda que ha estado recibiendo de México para frenar a los inmigrantes que llegan a esa frontera. ¿Cuál podría ser el impacto en los Estados Unidos después de las elecciones?
MM: Creo que podrían perder algo de ese apoyo. También resulta claro que a pesar de los esfuerzos de aplicar la ley en México, los migrantes han encontrado formas de llegar a la frontera.
Y creo que tenemos que reconocer que muchas personas seguirán viendo a Estados Unidos como su principal destino, independientemente de las políticas, porque tienen familia allí. O porque creen lograr un mejor sustento económico.
Los niños solicitantes de asilo de México y América Central se alistan para desayunar en un albergue para migrantes en Tijuana, México, el 20 de junio de 2018. (Guillermo Arias / AFP / Getty Images)
BB: Donald Trump quiere que México se convierta en un tercer país seguro. ¿Se habla de eso en esta campaña?
MM: El gobierno actual ha hablado bastante con los funcionarios de EE. UU al respecto. Independientemente de si México es un tercer país seguro, el nuevo presidente debe trabajar para incrementar su sistema de asilo. Actualmente solo hay 15 oficiales de asilo para todo el país que son pagados por el gobierno mexicano; el resto está apoyado por NU.
Por lo tanto, realmente necesitan incrementar los servicios para las personas que deseen instalarse en México y ser protegidas en México.
La gente escala una sección de la valla en la frontera de EE. UU.-México el 29 de abril de 2018 en Tijuana, México. (David McNew / Getty Images)
Creo que cualquier país necesita aumentar su capacidad para recibir refugiados centroamericanos o venezolanos u otros refugiados. Panamá ha aumentado su capacidad; Costa Rica también. No se trata de qué país atrae a todos, sino de cómo todos deberían trabajar juntos para crear un sistema regional para proteger a los solicitantes de asilo.
Informe de Médicos Sin Fronteras 2017
Basado en datos médicos completos recopilados por los equipos de MSF en el terreno en México, el informe revela que el 40 por ciento de los inmigrantes entrevistados de Honduras, El Salvador y Guatemala atendidos en clínicas de MSF en México citaron “ataques directos o amenazas contra ellos mismos o sus familias, extorsión o reclutamiento forzado de pandillas como las principales razones para huir de sus países”.
Lamentablemente, esta realidad no termina con la huida forzosa a México: una vez en este país, los migrantes y refugiados son víctimas de organizaciones criminales, en ocasiones con la aprobación tácita o la complicidad de las autoridades nacionales, y quedan sometidos a la violencia y a todo tipo de abusos —secuestro, robo, extorsión, tortura, violación— que, aparte de las lesiones y traumas inmediatos, pueden dejarles graves secuelas, señala el informe.
De los refugiados y migrantes encuestados, casi la mitad tenía un pariente que había sido asesinado debido a la violencia en los dos años anteriores.
Casi un tercio de las mujeres encuestadas dijo que habían sido abusadas sexualmente durante su viaje. Las mujeres y las niñas buscan acceso a los medicamentos anticonceptivos antes de sus viajes, ya que la expectativa de ser violada o tener que realizar sexo transaccional por comida o refugio es muy alta.
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