Los problemas comerciales con los Estados Unidos hace que los se sientan más patriotas en los últimos tiempos, y algunos eligen expresar eso con sus decisiones de compra. (Brent Lewin / Bloomberg)

Canadienses se movilizan para boicotear productos “americanos”

La disputa comercial entre Canadá y Estados Unidos hace que algunos canadienses se sientan más patriotas al momento de pasar a la caja.

La pequeña ciudad de Halton Hills, Ontario, puede parecer un lugar poco probable para dar paso a un incipiente movimiento de consumidores. Pero esa ciudad al noroeste de Toronto se encuentra a la vanguardia de la última batalla comercial entre Canadá y los Estados Unidos: un movimiento para dejar de comprar productos estadounidenses, que van de comestibles hasta los de vestimenta de la empresa de Ivana Trump.

El 11 de junio, el consejo municipal votó unánimemente a favor de una resolución que solicitaría a la municipalidad «tomar medidas proactivas para apoyar y proteger los intereses canadienses» comprando productos fabricados en Canadá en lugar de los estadounidenses, en reacción a la Casa Blanca que recientemente impuso aranceles sobre productos canadienses.

La resolución no es vinculante, pero para una ciudad que el alcalde Rick Bonnette proclama orgullosamente como la más patriótica de Canadá, es un gesto simbólico significativo.

El presidente Donald Trump frente a una bandera metálica de fabricación estadounidense. La batalla comercial entre Canadá y los Estados Unidos está creando un movimiento para dejar de comprar productos estadounidenses. (Kevin Lamarque / Reuters)

«No queremos que las familias se vean negativamente afectadas por la ideología y el proteccionismo», dice Bonnette, razón por la cual la municipalidad está alentando a los residentes a dejar de comprar productos estadounidenses y a comprar alternativas canadienses siempre que sea posible.

Un movimiento creciente en el país

La idea de dejar de comprar productos estadounidenses no se circunscribe a los ciudadanos de Halton Hills.

La residente de Quebec, Jessica Brown, dice que está haciendo todo lo posible para comprar comida local. Esta agente de bienes raíces de Knowlton dice que decidió emprender una  acción ante lo que ella llama comentarios «ridículos» que hizo el presidente Trump sobre la industria láctea canadiense durante la cumbre del G7 en Charlevoix, Quebec.

«Tenemos que hacer algo», dice ella.

Para Brown, su estrategia comienza en los supermercados, donde compra frutas y verduras canadienses tanto como sea posible. «Cuando envié a mi marido a la tienda de comestibles, le dije específicamente, “Busca fresas de Quebec”, y él regresó con fresas de EE. UU.

«Casi lo obligo a devolverlas».

El acero canadiense es solo uno de los productos que se han visto atrapados en medio de la actual disputa comercial (Tara Walton / Canadian Press).

«Apoye a Canadá. Tome sus vacaciones en Canadá».

Beverly DeWinter Brome, Quebec, está de acuerdo con ese movimiento.

Ella dice que ya no está comprando en el Walmart local «porque ir a esos comercios significa que estás apoyando a las empresas estadounidenses».

DeWinter, quien nació en los Estados Unidos, dice que ella no es la única en su grupo social que cancela planes de viaje hacia el sur también.

«Muchas personas que normalmente se van de vacaciones a Estados Unidos están empezando a cambiar sus planes».

Para la residente de Winnipeg Shelley Cook, las imágenes de la reciente campaña de inmigración de los Estados Unidos contra los niños en la frontera fueron suficientes para cambiar cualquier plan que tuviera para  ir a los EE. UU en  el futuro cercano.

«No quiero gastar mi dinero allí», dice ella. «No quiero estar allí».

Cook, DeWinter y otros pueden estar cambiando los planes de viaje, pero en un nivel más amplio, hay poca evidencia que ese movimiento se esté extendiendo masivamente hasta el momento. Según los últimos datos de Estadísticas Canadá, los viajes canadienses a los Estados Unidos han aumentado en el primer semestre de 2018 y ahora son un 8,7 por ciento más altos que hace un año.

El profesor Sylvain Charlebois de la Universidad de Dalhousie en Halifax, que enseña Economía de alimentos, dice que eso no es sorprendente. Él sospecha que cualquier movimiento generalizado para alejarse de los productos estadounidenses será un tema de conversación, sí,  pero con poca acción para respaldarlo.

Cuando la carne canadiense fue afectada por bloqueos globales en 2003 debido a un brote de la enfermedad de las vacas locas, los canadienses se unieron para apoyar el consumo de la carne canadiense recuerda el profesor.

Pero no duró. En unos meses, el movimiento se había terminado. Las ventas de carne canadiense se desplomaron y tardó más de dos años en volver a su nivel anterior. «Esto se debe a que los consumidores tienen vidas ocupadas, hábitos fijos y, lo que es más importante, presupuestos específicos», dice.

Dificultad a identificar la procedencia de los productos

En ninguna parte un boicot es más crucial que en la tienda de comestibles. Una cosa es comprar productos canadienses en el verano cuando hay una cosecha excelente para elegir. Otra cosa es asegurarse de que los alimentos envasados sean totalmente canadienses.

«Los alimentos procesados contienen todo tipo de ingredientes, algunos  pueden provenir de Canadá, otros de los Estados Unidos», dice. «El producto en sí puede estar terminado en Canadá o en los Estados Unidos, por lo que a veces resulta confuso».

Los medios sociales llaman a boicotear productos de la familia Trump

La reciente disputa arancelaria entre Canadá y los EE. UU ha provocado una llamada de los medios sociales para boicotear las tiendas que venden mercancía de la familia Trump.

Sin embargo, la campaña puede ser infructuosa, según algunos expertos en estrategia comercial. Dicen que no solo los boicots no tienden a funcionar, sino que también los bienes asociados con la familia del presidente estadounidense Donald Trump -como los vestidos de su hija Ivanka- ya han perdido el favor de los compradores.

Ivanka Trump usa una falda de abrigo de su colección, después de un vuelo en Air Force One el 3 de marzo. (Willie J. Allen Jr. / Associated Press / Ivanka Trump collection)

«No tiene sentido boicotear la mercancía de Trump porque no va a durar mucho más aquí en canadá», dijo Marvin Ryder, profesor de negocios de la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario.

El llamado al boicot se produjo poco después de que Trump impusiera aranceles a las importaciones canadienses de acero y aluminio. El empresario social y escritor de Maclean, Scott Gilmore compiló una lista de compañías a las que apuntar, todas las cuales llevan mercancía de Trump.

«Cualquiera sea la razón, te interesas en esto porque quieres devolver el golpe y lastimar a Trump allí donde más le duele: su billetera», escribió Gilmore.

Su lista destaca a Hudson’s Bay Co., además de otros minoristas prominentes en Canadá, incluidos Winners, Walmart y el gigante en línea Amazon que venden ropa y accesorios de la línea de moda de Ivanka Trump.

Sharon Shannon en Abbotsford, Columbia Británica,  adhirió  la campaña inmediatamente y decidió que los aranceles de Trump eran «la gota que colmó el vaso». Ella se ha comprometido a no comprar en esas tiendas hasta que dejen de vender los productos  de Ivanka Trump.

Sharon Shannon en Abbotsford, Columbia Británica, dice que está boicoteando a Winners y Hudson’s Bay Company hasta que dejen de vender mercancía de Trump. (Presentado por Sharon Shannon)

«Esta es única forma en que podemos expresar nuestro descontento”.

RCI con información de Pete Evans/CBC

Categorías: Economía, Sociedad
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