La policía británica buscaba el jueves poder establecer cómo dos ciudadanos ingleses llegaron a estar expuestos a la misma sustancia venenosa que intoxicó a un ex espía ruso y su hija, llegando a ponerlos al borde de la muerte.
Los dos británicos, un hombre y una mujer, fueron hospitalizados el sábado en la localidad de Amesbury, en el sudoeste de Inglaterra, a pocos kilómetros de la ciudad de Salisbury, donde Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron envenenados a comienzos de marzo.
En un principio, las autoridades habían hablado de un incidente con drogas, pero el jefe de contraterrorismo británico, Neil Basu, anunció que la pareja había estado expuesta a la sustancia conocida como Novitchok, el mismo agente nervioso de concepción soviética que afectó a los Skripal.

La policía acordonó un predio aledaño a la iglesia visitada por una de las víctimas. REUTERS/Henry Nicholls.
“Será trabajo de los científicos determinar si el veneno provino del mismo lote”, sostuvo el funcionario.
Basu agregó que la prioridad de la investigación está centrada ahora en establecer las circunstancias en las que dos personas afectadas entraron en contacto con el agente nervioso.
Las autoridades aclararon que, por el momento, no hay ningún elemento que permita determinar que el hombre de 45 años de edad y la mujer de 44 fueron el blanco de un ataque voluntario.
El gobierno británico dijo que aborda el asunto con la máxima seriedad y una reunión de urgencia, presidida por el ministro del Interior Sajid Javid, tuvo lugar en la mañana del jueves.
Tras el envenenamiento de los Skripal, Londres acusó a Rusia de estar implicada en el hecho, pero el Kremlin negó toda participación en el mismo. De todas formas, la relación política entre ambas naciones se tensó, generando una crisis diplomática.

Yulia Skripal y su padre estuvieron al borde de la muerte, tras ser envenenados en marzo último. REUTERS/Dylan Martinez.
Un allegado a la pareja envenenada el sábado identificó a las víctimas como Charlie Rowley y Dawn Sturgess, dos personas sin techo y sin trabajo, que el viernes habrían estado en la ciudad de Salisbury y al día siguiente comenzaron a experimentar problemas de salud.
Varios sitios frecuentados por ambos el viernes y el sábado fueron cerrados por la policía, entre ellos una farmacia, un centro bautista donde estuvo Rowley, y un parque. Todos los lugares están bloqueados al ingreso del público como medida de precaución, hasta tanto los peritos puedan finalizar los trabajos para determinar la presencia o no de la sustancia nerviosa en los mismos.
Del mismo modo, el refugio para itinerantes al que asistía la mujer fue evacuado.
El nuevo caso de envenenamiento ha desatado una ola de temor entre los habitantes de la región en el sur de Inglaterra.
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