Chile pidió hoy el cierre de una granja de cría de salmón en el sur del país , de donde se escaparon unos 690.000 peces tratados con antibióticos no aptos para el consumo humano y que podrían causar graves daños ambientales.
Las diez jaulas donde estaban los peces, y de donde se han escapado, habían resultado dañadas por el paso de una tormenta violenta el 5 de julio, en la costa de la región de Los Lagos (aproximadamente 1000 kilómetros al sur de Santiago), donde se encuentra la finca Punta Redonda.
Esta granja es propiedad de la multinacional noruega Marine Harvest, la mayor productora de salmón de cultivo del mundo.
La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) pidió el miércoles «medida urgente y temporal» al tribunal ambiental de Valdivia, afín que ordene «detener la explotación del centro de engorde del salmón de Marine Harvest Chile SA, por un período de 30 días, exclusivamente con fines preventivos».
El tribunal pidió «una aclaración» a la SMA antes de tomar una decisión, dijo el jueves a la AFP una fuente judicial que desea permanecer en el anonimato.
La justicia ambiental chilena puede imponer sanciones de hasta 7 millones de dólares y el cierre final del centro.

Una jaula para criar salmón del Atlántico Foto: CBC
Queja contra Marine Harvest
Por su parte, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), organismo público chileno, ha presentado una denuncia ante la SMA contra Marine Harvest «por posibles fallas en el mantenimiento y la seguridad» de la granja de la cría Punta Redonda.
Marine Harvest anunció que el 5,7% del salmón total había sido recuperado el miércoles, una operación llevada a cabo bajo la supervisión de Sernapesca, la Marina y la policía chilena.
La Ley General de Pesca y Acuicultura estipula un período de 30 días para que la empresa capture al menos el 10% de los peces escapados, sin lo cual se presumirá la existencia de daño ambiental.
La biodiversidad marina amenazada
Para el gobierno chileno y las organizaciones ambientales, el escape de los peces es un evento serio y sin precedentes, dado que los salmones fueron tratados con Florfenicol, un antibiótico para uso veterinario exclusivamente, contraindicado para el consumo humano.
Es probable que los peces «contengan residuos de antibióticos», lo que podría causar reacciones significativas en personas con alergias a estos medicamentos, dijo la SMA.
Las consecuencias ambientales también podrían ser graves, afectando en particular al ecosistema y las especies marinas nativas, así como al retorno a la vida silvestre del salmón escapado, que puede transmitir patógenos y enfermedades a otras especies.
Según la SMA, los salmones escapados pertenecen a una especie invasora y predadora, que puede modificar directa o indirectamente, y de forma permanente, el equilibrio de la biodiversidad marina.
La industria salmonera chilena, la segunda más grande del mundo después de Noruega, también ha experimentado varios eventos de mortalidad significativos en los últimos años debido a la proliferación de algas que sofocan a los peces.
Greenpeace alerta
Como “un desastre medio ambiental de graves e insospechadas consecuencias” calificó Greenpeace la fuga de más de 800.000 salmones desde las jaulas del centro de cultivo Punta Redonda de la empresa Marine Harvest, el cual está ubicado en las cercanías de Isla Huar, a unos 20 kilómetros al sur de Puerto Montt.
“Estamos frente a un hecho de la máxima gravedad. Se trata de un potencial desastre medio ambiental cuyas consecuencias para la zona están por verse, pero que pueden ser gravísimas. No solo se trata de una de las mayores fugas de salmones en Chile, sino que los peces que escaparon tienen altas dosis de antibióticos, por lo que constituyen un peligro y no pueden ser consumidos”, alertó Estefanía González, coordinadora de océanos de Greenpeace.
Radio Canadá/AFP/Greenpeace
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