El papa Francisco aceptó la dimisión de un arzobispo australiano, condenado en su país a un año de prisión por haber cubierto actos de pedofilia.
Así lo confirmó el Vaticano, mediante un comunicado en el que expresa que el jefe de la iglesia católica “aceptó la renuncia a sus funciones pastorales del arzobispo de Adelaida”.
Monseñor Philip Edward Wilson, de 67 años de edad, había sido condenado a principios de julio por un tribunal australiano a la pena de un año de prisión, por el cargo de encubrimiento de actos de abuso contra menores.
El arzobispo Philip Wilson (en primer plano), en una foto de archivo. REUTERS/Amy E. Conn
De esa forma, el clérigo se convertía en uno de los prelados de más alta jerarquía, dentro de su iglesia, en ser sancionados por la justicia civil de un país.
En mayo último, Wilson había sido hallado culpable de haber disimulado los delitos cometidos en la década de 1970 por Jim Fletcher, un notorio religioso pedófilo, al haber omitido denunciar las graves acusaciones que pesaban en contra del sacerdote.
Por su parte, el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, había apelado hace pocos días al papa Francisco para que echara al religioso.
“Tendría que haber renunciado. Ahora es tiempo de que el papa lo deje cesante”, declaró Turnbull ante la prensa.
El mandatario agregó que la renuncia del religioso acusado había sido demandada por un gran número de dirigentes y que era evidente que Wilson debería haber dimitido hace tiempo, y concluyó que “creo que llegó el momento para que la máxima autoridad de la iglesia actúe y lo deje cesante”.
En Chile continúan los reclamos para que se esclarezcan los abusos cometidos. REUTERS/Ivan Alvarado.
Tras una década de revelaciones en torno a numerosos abusos cometidos contra menores, el gobierno australiano se vio obligado a ceder a las presiones y en 2012 creó una comisión de investigación, para dar una respuesta institucional a los crímenes relacionados con la pedofilia.
Durante 5 años, el grupo se dedicó a reunir testimonios sobre miles de víctimas de abusos cometidos en iglesias, orfelinatos, clubes deportivos, organizaciones juveniles y escuelas.
En diciembre de 2017 los investigadores concluyeron que las instituciones australianas “faltaron gravemente a sus obligaciones” hacia los menores, sometidos a vejaciones durante décadas.
No es la primera vez que la iglesia católica se ve envuelta en escándalos relacionados con el abuso sexual en contra de niños y jóvenes.
Meses atrás, los obispos en pleno de la iglesia en Chile debieron renunciar, ante las graves acusaciones del mismo tipo.
De igual modo, en Estados Unidos, el papa aceptó la renuncia de uno de los principales cardenales de ese país, Theodore McCarrick, acusado de abuso sexual contra un adolescente hace décadas y se encuentra pendiente la realización de un juicio canónico.
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